TRAS LAS HUELLAS DE CLARET EN CUBA

TRAS LAS HUELLAS DE CLARET EN CUBA

LOS ULTIMOS DIAS DE CLARET EN CUBA
Mes de Marzo 1857

DIA 23.
Crónica de la despedida. EL REDACTOR. CUBA 23 DE MARZO DE 1857. SECCION LOCAL.

DESPIDO. – Solemne, conmovedor fue el acto del despido de nuestro Excmo. e Illmo. Prelado de todas las autoridades y corporaciones. Bien quisiéramos nosotros disponer de una pluma digna, bien quisiéramos tener tranquila la imaginación agitada por un justo sentimiento, porque entonces podríamos dar cuenta de una de esas tiernísimas e interesantes escenas, que bien contadas veces presencian los notables en este mundo de miserias e ilusiones.

El domingo a las diez de la mañana reunió el Excmo. Sr. Comandante General de Departamento en su palacio morada a todas las autoridades y clases militares y administrativas. Al frente de aquella numerosa y distinguida reunión, en donde se veía el Sr. Brigadier Gobernador Militar de esta plaza, a los Sres. Gefes de todos los institutos militares existentes en la ciudad, y a las de varios ramos administrativos de la misma, se dirigió, pues, S. E. con el espresado acompañamiento al palacio arzobispal.

Recibido con la más afectuosa atención por S. E. I. nuestra primera autoridad departamental tomó la palabra y en una corta, pero sentida peroración manifestó al Ilustre Prelado la grata satisfacción que él y las corporaciones que representaba sentían al ver tan dignamente remuneradas por la munificencia Soberana las preclaras virtudes de tan docto varón, pudiendo sólo esta reparable circunstancia consolar a toda esta dilatada diócesis de la inmensa pérdida que esperimentaba con la sensible partida de su estimadísi mo Pastor.

El Excmo. Sr. Arzobispo muy conmovido y visiblemente afectado, contestó cuánto agradecía los buenos sentimientos de tan distinguidas autoridades y demás concurrentes que podían siempre contar con su paternal afecto y que en sus oraciones pediría al Todopoderoso para que los tuviera en su santa gracia.

En seguida el Excmo. Sr. Comandante General besó el anillo de S. E. I. siguiendo el Sr. Gobernador, señores jefes y oficiales, y después de recibir todos su santa bendición, se retiró la concurrencia, acompañando a nuestra primera autoridad a su palacio.

TODAS LAS CORPORACIONES. – Así mismo el M. I. A. de esta ciudad, Tribunal de comercio, autoridades judiciales, cuerpo de policía, cuerpo consular y cuantas corporaciones y personas existen en Santiago de distinción y categoría, pasaron al palacio de Su Ilustrísima para ofrecerle sus respetos y a manifestarle el justo sentimiento de una separación tan sensible. S. E. I. para todos tenía palabras de paternal cariño, de consuelo cristiano. Bien puede decirse que jamás Pastor alguno habrá recibido de su rebaño pruebas más señaladas y evidentes del íntimo afecto que sus santas virtudes, sus doctas predicaciones han sabido despertar en el corazón de todos los habitantes de [Santiago de] Cuba y su diócesis.

HASTA EL ÚLTIMO MOMENTO. – Hasta en el acto mismo [del] instante del embarque en el vapor mercante “Cuba” acudió un inmensísimo gentío a recibir la bendición de nuestro Excelentísimo e Illmo. Sr. Arzobispo. Tuvimos el gusto de ver allí todas nuestras autoridades e inmensidad de personas, estando todo el barrio de la Marina materialmente lleno de la mayor parte del vecindario de esta tranquila ciudad, el cual quiso disfrutar hasta el último momento de la vista querida de su Pastor amado. A las dos y media se hizo a la mar el “Cuba”. ¡Quiera el Señor concederle un feliz viaje, y que el ilustre pasajero haga con toda prosperidad su travesía, hasta llegar a la madre patria y al lejano lugar de su destino!

(El Redactor, Mates 24 de Marzo de 1857, año 24, n. 587, p. 2, col. 4-5)

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