TRAS LAS HUELLAS DE CLARET EN CUBA

TRAS LAS HUELLAS DE CLARET EN CUBA

LOS ULTIMOS DIAS DE CLARET EN CUBA

Mes de Marzo 1857

Día 22. Emprende viaje hacia La Habana. Le acompañan los Padres Felipe Rovira y Antonio Betríu. A dos leguas del Morro se cruza con el vapor León, enviado por el Gobierno para recogerle.
Salida de Santiago rumbo a La Habana

SECCIÓN LOCAL. PARTIDA. – Hoy [22 de marzo] a las dos de la tarde debe embarcarse nuestro digno y amado Prelado el Excmo. e Illmo. Sr. Arzobispo D. Antonio María Claret y Ciará, y se despide de las tranquilas playas de Cuba, acompañado de su Secretario de Cámara Pbro. D. Felipe Rovira.

¡Cuán diversos han de ser los sentimientos que hoy agitan los corazones cubanos de los que en otras ocasiones han esperimentado, cuando al despedirse de su querido pastor alimentaban siempre la grata esperanza de que una vez concluida la santa visita que a otros puntos de la Diócesis le llamaba, había de volver lleno de amor y caridad al seno de la familia cubana, que en él veían el consuelo de todas sus aflicciones! Hoy iremos todos hasta el buque que ha de arrebatárnosle a recibir su postrera bendición; pero no podremos repetir lo que otras veces: la Divina Providencia vela por su prelado y regresaremos a nuestro hogar contando los días que ha de estar ausente [de Santiago] de Cuba el que tantas lágrimas ha sabido enjugar, el que siempre presuroso y con paternal cariño aplicaba el benéfico bálsamo de la caridad a los dolores físicos y morales. La pérdida que hoy esperimentamos es inmensa, irremediable; es uno de aquellos golpes con que la mano del destino hiere a los pueblos, quizás para que mejor comprendan el bien que poseían y que no supieron reconocer ni apreciar, si es que en el pueblo cubano, bueno y pacífico siempre, ha podido haber quien haya desconocido el tesoro de virtudes cristianas con que la mano de Dios le enriqueciera. Si así ha podido resultar, no podemos desconocer el castigo, ni menos la mano que nos lo envía.

Si S. E. I. ha sido para algunos víctima de ingratitud, si sus preclaras virtudes han servido de aguijón al que vive y goza en el lodazal del vicio; si por demasiado bueno no ha sido amado de los malos, en cambio la inmensa mayoría de su afligida grey, todos cuantos corazones supieron conocerle, amarle y venerarle hoy le darán una prueba de ese amor y veneración profunda, en el llanto sincero que inunde sus semblantes, al recibir por última vez la bendición de tan digno Prelado, de tan ejemplar sacerdote y de un padre tan solícito y amoroso.
Las preces de los habitantes [de Santiago] de Cuba acompañarán a S. E. I. al través de los mares hasta la nueva diócesis que la Divina Providencia por medio de la munificencia de S. M. le ha señalado y desde allí estamos también firmemente persuadidos [de] que en sus oraciones no olvidará a sus primeros y hoy aflijidos diocesanos.

(El Redactor, Domingo 22 de Marzo de 1857, año 24, n. 586, p. 2, col. 5)

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