Irradia

Irradia

12 de diciembre de 2021
Programa Radial de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba
Transmitido por RCJ, el Sonido de la Esperanza y CMKC, emisora provincial

Domingo III de Adviento

 “Yo les bautizo con agua, pero viene el que es más fuerte que yo, a quien no merezco desatarle la correa de sus sandalias el que viene” Lucas 3, 15

 (Música, Preparen el camino al Señor, Javier Brú)

Para llegar a ti como una bendición, para abrir tus alas al amor de Dios.

Irradia. Un proyecto de la Oficina de Comunicación de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba.

Saludos a todos los que nos acompañan en este día en que venimos a compartir la fe con nuestra comunidad.

Bienvenidos a este encuentro fraternal con la iglesia toda, como cuerpo místico de Jesús.

Irradia está contigo, irradiando la fe.

  

Nuestro invitado nos ayudará a reflexionar sobre el Evangelio de hoy

 Buenos días queridos hermanos, con ustedes el P. Gustavo Alejandro, animador de las comunidades de Nuestra Señora de la Caridad del poblado de Cuabitas y el poblado del Cristo. Quiero compartir con ustedes en este Tercer Domingo de Adviento la reflexión en torno al Evangelio de San Lucas, capítulo 3, versículos del 10 al 18.

(Lectura del evangelio de San Lucas, capítulo 3, 10-18)

Hoy nuestra celebración se ha llenado de PALABRAS DE ESPERANZA, DE LLAMADAS A LA ALEGRÍA, porque verdaderamente Dios viene entre nosotros:  verdaderamente Jesucristo se hace presente en nuestra historia y acompaña nuestro camino.

El profeta Sofonías, en la primera lectura la cual les invito a buscar, desde la lejanía de los tiempos antiguos del pueblo de Israel nos invitaba a vivir la felicidad de la compañía del Señor, y nos repetía palabras de consuelo: Regocíjate, grita de júbilo, alégrate y gózate… el Señor ha expulsado a tus enemigos… No temas, no desfallezcan tus manos: el Señor, en medio de ti, es un guerrero que salva“. El profeta nos invita a recordar siempre aquello que se encuentra en el corazón de nuestra fe: que hay ALGUIEN QUE ESTÁ CON NOSOTROS, alguien que ha luchado contra el mal y lo ha vencido, alguien en quien podemos apoyarnos confiadamente porque no nos va a fallar. Alguien que creemos vive nuestra misma vida, y nos hace participar de su paz, de su alegría, de su amor.

San Pablo, en la segunda lectura, nos REPETÍA UNAS PALABRAS MUY SEMEJANTES a las del profeta. También nos llamaba a vivir gozosamente nuestro camino, confiados en la fuerza de aquel que nos ama: Estad siempre alegres en el Señor, os lo repito, estad alegres. El Señor está cerca. Nada os preocupe… ¡no temáis! Porque la paz de Dios, que sobrepasa todo juicio, custodia vuestros corazones en Cristo Jesús. Las palabras del profeta, y ahora las palabras del apóstol, se apoyan en UNA CERTEZA: siempre en cualquier momento, por difícil y doloroso que sea, podemos mantener firmemente la confianza de que el Señor está con nosotros. Siempre, en cualquier momento, podemos acercarnos al Padre y ponernos ante Él con la certeza, de que al estar junto a nosotros las tristezas desaparecen y las esperanzas brotan, nuestros anhelos y desengaños, sabiendo que su Espíritu está verdaderamente dentro de nosotros y nos conduce hacia su Reino.

Siempre, en definitiva, podemos apoyarnos en JESÚS, EL HIJO DE DIOS, HOMBRE COMO NOSOTROS que ha vivido nuestra vida, y la ha vivido con aquella fidelidad tan plena que lo llevó hasta la muerte. Y podemos, entonces, sentir el gozo de su resurrección y experimentar que estamos MARCADOS POR SU FUERZA que vive en nosotros.

Por ello el profeta nos puede decir que no temamos. Por ello San Pablo nos exhorta a no estar preocupados. Desde luego, no porque de ahora en adelante debamos dedicarnos a la buena vida… sino porque en todo lo que hacemos, en todo aquello por lo que luchamos, en todo lo que amamos, PODEMOS APOYARNOS SIEMPRE EN ALGUIEN que anduvo delante de nosotros y nos marca el camino: alguien que vino hace ya muchos años, en Belén, pero que sigue viniendo ahora, a cada instante, y que vendrá algún día para traernos un gozo perpetuo.

 “¿ENTONCES, ¿QUÉ HACEMOS?” Es la pregunta clave del Evangelio de este domingo, y la respuesta será también simple, como lo eran las respuestas que daba Juan a la gente acomodada, a los publicanos, a los militares: será la respuesta de una vida como la de Jesús. Una vida como la de aquel que viene a nosotros, aquel que da firmeza a nuestro camino.

Ese es el gozoso anuncio de la Navidad que se aproxima: JESÚS VIENE, JESÚS ESTÁ CON NOSOTROS. La Eucaristía es la presencia, en la Iglesia, del Jesús que esperamos: es el signo de lo que decía el profeta: “El “Señor está en medio de ti”. Como seguidores de Cristo sigamos las palabras de conversión, con la misma sencillez de los seguidores del Bautista, NOS CONVIRTAMOS y que nuestra vida una Buena Noticia de salvación para cuantos nos rodean. Y que el amor del Señor, su alegría, su paz, nos acompañen siempre.

Hoy en Latinoamérica la iglesia hace memoria de Nuestra Señora de Guadalupe, emperatriz de toda América. Ella a quien a Juan Diego le dijo, “¿No estoy yo aquí que soy tu Madre?” Ella también como Jesús está a nuestro lado, nos acompaña y nos anima a vivir en la esperanza.

Alegrémonos pues en el Señor, vivamos pues ésa alegría que brota de la cercanía y del encuentro con el Señor. ¡ALABADO SEA JESUCRISTO! Sea por siempre alabado.

 (Música, A quién tengo yo, Marcos López)

Ahora con confianza, presentemos nuestras súplicas al Señor

En primer lugar, por la Iglesia, para que todos nosotros los bautizados seamos ser testigos de esperanza, de esa presencia salvadora y liberadora del Salvador. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Ofrezcamos nuestra oración al Señor por las personas que más sufren, los ancianos, los presos, los enfermos, los que están desanimados y tristes, aquellos que tienen que emigrar para buscar un futuro en su vida, para que el Señor sea su esperanza, y nuestra cercanía provoque ese encuentro con el Señor. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Pidamos al Señor por todas las personas que se encomiendan a nuestras oraciones, el Señor las bendiga. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Por todas las personas que están tristes, por todas aquellas personas que no tienen esperanza, que el Señor sea su consuelo y nuestra presencia sea su paz. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Por todos los difuntos, por nuestros familiares, por nuestros amigos, por todos los que han muerto a causa de la pandemia, pero no sólo de la pandemia, de las guerras, del terrorismo, de la pobreza, para que perdonadas sus faltas por todo el bien que pudieron hacer, y por todo el mal que pudieron sufrir, el Señor los acoja en su descanso. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

 Padre bueno, acoge con bondad estas súplicas que te hemos dirigido y aquellas que están en nuestro corazones y que tu bien conoces. Todas ellas te las presentamos por Cristo nuestro Señor. Amén

(Música, Vivir con Él, Alex Campos)

Ahora todos juntos, siguiendo la recomendación del Salvador, oremos como Cristo nos enseñó.

Padre nuestro que estás en los cielos,

santificado sea tu nombre.

Venga a nosotros tu reino.

Hágase tu voluntad,

así en la tierra como en el cielo.

Danos hoy el pan de cada día.

Perdona nuestras ofensas,

Como también nosotros perdonamos

a los que nos ofenden.

No nos dejes caer en tentación,

Y líbranos del mal.

Amén

 (Música, Aleluya, Athenas)

Oremos

Estás viendo Señor como tu pueblo espera con fe la fiesta del Nacimiento de tu Hijo. Concédenos llegar a la Navidad, fiesta de gozo y salvación, y poder celebrarla con alegría desbordante. Por nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

El Señor esté con ustedes. R/ Y con tu espíritu.

Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre cada uno de ustedes, sus familias y trabajos y permanezca para siempre. Amén.

Fue un placer compartir con ustedes esta mañana dominical, mi nombre Gustavo Alejandro, que Dios los bendiga y desde ahora ¡Feliz Navidad!

Con mucho gusto hemos realizado este programa para ustedes desde la Oficina de Comunicación, de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba.

Guion, grabación, edición y montaje: Erick Guevara Correa

Dirección general: María Caridad López Campistrous

Fuimos sus locutores y actores. Maikel Eduardo y Adelaida Pérez Hung

Somos la voz de la Iglesia católica santiaguera que se levanta para estar contigo… IRRADIA

(Música, Ve por un sueño, Lilly Goodman)

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