Irradia

Irradia

Programa Radial de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba
Transmitido por RCJ, el Sonido de la Esperanza y CMKC, emisora provincial
Domingo XXXIV del Tiempo Ordinario

Solemnidad de Cristo Rey

“Tú lo dices, soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo; para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz”. Juan 18, 37

 (Música, Himno a Cristo Rey, DR)

Para llegar a ti como una bendición, para abrir tus alas al amor de Dios.

Irradia. Un proyecto de la Oficina de Comunicación de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba.

Saludos a todos los que nos acompañan en este día en que venimos a compartir la fe con nuestra comunidad.

Bienvenidos a este encuentro fraternal con la iglesia toda, como cuerpo místico de Jesús.

Irradia está contigo, irradiando la fe.

 (Música, Himno a Cristo Rey, DR)

Para la reflexión de hoy nos acompaña el padre Juan Elizalde, párroco de Santa Teresita.

Buenos días que el Señor nos acompañe en esta mañana de oración y reflexión, este último domingo del año litúrgico. Soy el padre Juan Elizalde de la parroquia de Santa Teresita del Niño Jesús, y con mucho gusto vamos a adentrarnos en esta Fiesta de Jesucristo Rey del Universo. Escuchando la palabra de Dios, pero también dejándola que resuene en nuestros corazones.

(Lectura del evangelio de San Juan, capítulo 18, 33-37)

Llegados al último domingo del Año Litúrgico del 2021, la iglesia celebra hoy la solemnidad de Jesucristo, Rey del universo. En esta celebración los católicos somos invitados a fijar nuestra mirada en Cristo, Él es el principio y el fin de la historia, el alfa y la omega. Y al final del Año Litúrgico, contemplamos a Jesucristo como Rey y Señor de todo el mundo.

En el Antiguo Testamento había tres grupos de personas o tres estamentos considerados como los pastores de Israel. Estos eran los sacerdotes, los profetas y los reyes. Aunque en un principio, Israel no tenía rey. Llegados a la Tierra Prometida, tras la salida de la esclavitud de Egipto, los israelitas eran gobernados por los jueces, hombres que Dios elegía cuando surgía algún problema en el pueblo.  Dios era considerado el Rey de Israel.

Así, a lo largo del Antiguo Testamento, podemos encontrar numerosos textos bíblicos en los que se proclama la realeza y la majestad de Dios, especialmente en los Salmos. Y fue en tiempos del profeta Elías cuando los israelitas, porque querían ser como los demás pueblos vecinos, pidieron a Dios que les diera un rey.

A pesar de que el pueblo rechazaba por este motivo la realeza de Dios, no obstante Dios ungió un rey para Israel: el rey Saúl. Después vendrán David y Salomón, y tras la división del Pueblo de Dios, aparecerán los distintos reyes de Israel y de Judá.

EI Mesías prometido, además de ser sacerdote y profeta, tenía que ser también rey. Por eso estaba anunciado que el Mesías sería descendiente del rey David. Jesús es el Mesías prometido, por eso decimos que Cristo es sacerdote, profeta y rey.

De hecho, Jesús es condenado a muerte precisamente por autoproclamarse rey de los judíos.  En el Evangelio que hemos escuchamos hoy, se nos presenta el momento en el que Jesús está siendo interrogado por Pilato. “¿Tú eres rey?, le pregunta Pilato, a lo que Jesús responde: tú lo dices, soy rey.

Al contemplar a Cristo Rey en su trono que es la cruz y coronado de espinas, entendemos lo que Jesús mismo dijo a Pilato: Mi reino no es de este mundo”. Cuando miramos a los poderosos de este mundo, a los que tienen autoridad y gobierno, vemos en la mayoría de ellos el afán por mandar, poniéndose por encima de los demás. Y vemos incluso que hoy, como entonces, es verdad lo que dijo Jesús en una ocasión y que escuchábamos hace algunos domingos: Ustedes saben que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen.

Así, mis hermanas y hermanos, son los reinos de este mundo.  Pero el Reino de Cristo no es de este mundo, no sigue los criterios y los principios que rigen en este mundo. Por eso Cristo se convierte, en el servidor de todos siendo el Rey.

Jesucristo es un Rey que trae la paz y la unidad entre todos; Cristo es el Rey testigo de la verdad, que promueve la concordia y el perdón, y nos enseña a vivir la sencillez y la humildad. Jesucristo es un Rey, que se hace esclavo y que da la vida por todos, dejándose crucificar en el madero de la cruz.  Éste es nuestro Rey, a Él queremos seguir los cristianos, Él es quien guía nuestros pasos.

Cada vez que rezamos el Padre nuestro, la oración que el mismo Jesús nos enseñó, le pedimos a Dios que venga a nosotros su reino. Con ello, le pedimos a Dios que venga Cristo, el Rey del universo.  Él nos trae “el reino de la verdad y de la vida, el reino de la santidad y la gracia, el reino de la justicia, el amor y la paz.

Y nosotros tenemos que colaborare en la construcción y en la permanencia de ese reino en este mundo. Con nuestras buenas acciones, con nuestra capacidad de servir al que nos necesite, de perdonar al que nos ofende, de juntos construir un nuevo mundo porque los corazones son nuevos, hemos cambiado. Y no sólo el corazón sino también la mentalidad considerando a todos los hombres hermanos nuestros.

Es necesario que nosotros también hoy trabajemos por este reino. Cada uno de nosotros, desde su hogar, en medio de su familia, en el trabajo, dondequiera que nos encontremos, tenemos que trabajar por el Reino de Dios. Haciendo el bien, amando sin condiciones porque nosotros somos ese pueblo de reyes, un reino consagrado a Dios.

(Música, Te alabamos, Roberto Orellana)

Ahora todos juntos vamos a pedirle a Dios, que Venga a nosotros tu Reino, Señor. Por eso en las peticiones que haremos, pues le diremos al Señor desde el corazón, no solamente con la palabra Venga a nosotros tu Reino, Señor. 

Para que la lglesia sea portadora, en medio de nuestra sociedad cubana, de los valores del Reino de Dios. Oremos. Venga a nosotros tu Reino, Señor. 

Para que sea posible la paz, la justicia y el amor entre todos los cubanos sin distinción de ideologías, religión o lugar donde se encuentren. Oremos. Venga a nosotros tu Reino, Señor. 

Para que el entusiasmo y compromiso por el Reino de Dios suscite en los jóvenes la vocación al sacerdocio, al diaconado permanente y a la vida religiosa. Oremos. Venga a nosotros tu Reino, Señor. 

Para que la Virgen María de la Caridad, la Madre del Hijo de Dios, acompañe a sus hijos cubanos en la edificación del Reino de Dios en nuestra sociedad viviendo la justicia, el amor y la paz entre todos. Oremos. Venga a nosotros tu Reino, Señor. 

Para que las gracias que el Señor no regale a lo largo del nuevo Año Litúrgico, nos dispongan a vivir cada día más unidos a Jesús, nuestro Rey y Señor. Oremos. Venga a nosotros tu Reino, Señor.

(Música, Nadie te ama como yo, Martín Valverde y Cristy Villaseñor)

Como hijos de un mismo Padre, levantamos nuestra voz y le pedimos a Él que venga a nosotros su Reino, decimos juntos la oración que Jesús mismo nos enseñó.

Padre nuestro que estás en los cielos,

santificado sea tu nombre.

Venga a nosotros tu reino.

Hágase tu voluntad,

así en la tierra como en el cielo.

Danos hoy el pan de cada día.

Perdona nuestras ofensas,

Como también nosotros perdonamos

a los que nos ofenden.

No nos dejes caer en la tentación,

Y líbranos del mal.

Amén

(Música, El Señor es mi luz, Hna. Glenda)

 Nos disponemos a recibir la bendición de Dios que no solamente nos la da para nosotros, los que estamos escuchando el programa, también para nuestros familiares, para todas aquellas personas que queremos y les deseamos que Dios los bendiga.

Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y les acompañe siempre. Amén.

Mis queridas hermanas y hermanos, que alegría en este domingo de Cristo Rey poder contemplarlo como aquel que nos ayudará a construir ese reino de amor, de justicia y de paz en nuestras familias, en nuestras comunidades, ye n nuestro pueblo cubano. Que el Señor les acompañe a lo largo de esta semana. Gracias por este tiempo que el Señor nos ha regalado y hemos podido rezar juntos. Soy el padre Juan Elizalde de la parroquia de Santa Teresita del Niño Jesús. Gracias a ustedes que abriendo el corazón dejan entrar a Dios en sus vidas. Hasta la próxima.

Con mucho gusto hemos realizado este programa para ustedes desde la Oficina de Comunicación, de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba.

Guion, grabación, edición y montaje: Erick Guevara Correa

Dirección general: María Caridad López Campistrous

Fuimos sus locutores y actores. Maikel Eduardo y Adelaida Pérez Hung

Somos la voz de la Iglesia católica santiaguera que se levanta para estar contigo… IRRADIA

(Música, Son al Rey, Juan Luis Guerra y la 440)

 

SHARE IT:

Leave a Reply