Todos tus hijos a ti clamamos, Virgen Mambisa que seamos hermanos: recuento de una Festividad

Todos tus hijos a ti clamamos, Virgen Mambisa que seamos hermanos: recuento de una Festividad

Por: María C. López Campistrous

Fotografía: Radamés Boni

Arquidiócesis de Santiago de Cuba, 12 de septiembre de 2018 / Cuando en la noche del pasado 8 de septiembre, la puerta de la capilla de Santa Ana se abría y dejaba ver la imagen de la Virgen de la Caridad, la Mambisa, que salía para recorrer las calles y parques más céntricos de la ciudad de Santiago de Cuba, casi cerraban las celebraciones anuales por la Festividad de la Virgen de la Caridad, Madre y Patrona de Cuba, de este año.

Mons. Dionisio García, arzobispo de Santiago de Cuba, presidió la eucaristía de las 12 de la noche en el Santuario Basílica, luego la de las 9:30 am, misa que desde el año 2009 es transmitida de manera diferida por la TV cubana y Cubavisión Internacional.

En su homilía nos acercó de manera catequética, a la María que nos presentan los Evangelios: la muchacha que dijo sí al anuncio del Ángel de haber sido escogida por Dios para ser madre del Salvador, la de la joven encinta que sale a servir y ayudar a su prima Isabel que estaba a la espera de un hijo, la de Belén y los pastores, la madre de las bodas de Caná que invita a  hacer “lo que Él nos diga”, la madre y mujer que está al pie de la cruz hasta el final. El Obispo también habló de la familia y del papel de la madre y el padre en la educación y formación de los hijos, lugar que no puede ser sustituido ni por el estado, ni por otra institución. Sentenciaba “un pueblo que tiene familias fuertes, es un pueblo con esperanza”.

La procesión en la ciudad de Santiago de Cuba, ya en la noche, sería como otros años un regalo de Dios. Muchas personas se reunieron en el Arzobispado para acompañar la imagen desde el mismo comienzo, otras esperaron su paso por las calles, los parques… o en el Parque Céspedes. Padrenuestros y Ave Marías eran repetidos una y otra vez, pasajes de los Evangelios, plegarias por las necesidades de los hijos de Santiago, sus barrios, sus autoridades, sus familias, sus niños, sus jóvenes, sus enfermos… velas, cantos y silencios.

Ya en la Catedral,  la oración fue canto y alegría: la Banda de Música interpreto el Himno Nacional, la más bella plegaria por Cuba, Vilmita Álvarez, Plegaria a la Virgen, y los Guanches sus ya tradicionales temas… Por el Camino viejo del Cobre… Mons. Dionisio bendice e invita a pasar un rato en el templo con la Mambisa. Muchos suben, para el último ruego, los más la despiden cantando Veneración.

Otras procesiones salieron a las calles de las ciudades del territorio diocesano: Palma Soriano, San Luis, Baire… y hasta en los intricados parajes de las serranías del municipio Guamá se vería a la imagen de la Virgen María ser acompañada por decenas, centenares de devotos.

Días de andar misionero y de invitaciones puerta a puerta en las comunidades, peregrinaciones hasta el Santuario de la Madre en El Cobre, misas votivas a la Virgen, miles de peregrinos que a sus pies llegaban para depositar esperanzas y sueños, alegrías y sueños, o solo ante Ella hacer silencio. Días de amor a la Madre de todos porque el mismo Jesús nos la entregó: “Hijo, he ahí a tu madre, Madre, he ahí a tu hijo”, invitación para como ella, ser fieles a la llamada de Dios, y repetir: “He aquí la sierva del Señor, hágase en mi según su palabra”.

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