Irradia, emisión del 25 de febrero de 2024

Irradia, emisión del 25 de febrero de 2024

Irradia, emisión del 25 de febrero de 2024
Transmitido por CMKC, Emisora Provincial de Santiago de Cuba
Programa Radial de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba
II Domingo de Cuaresma

“Este es mi Hijo, el amado, escúchenlo” Marcos 9,8

 

 

(Música, La Transfiguración, Javier Brú)

Para llegar a ti como una bendición, para abrir tus alas al amor de Dios.
Irradia. Un proyecto de la Oficina de Comunicación de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba.
Saludos a todos los que nos acompañan en este día en que venimos a compartir la fe con nuestra comunidad.
Bienvenidos a este encuentro fraternal con la iglesia toda, como el cuerpo místico de Jesús.
Irradia está contigo, irradiando la fe.

(Música, La Transfiguración, Javier Brú)

En esta mañana nos acompaña el P. Rafael Ángel López Silvero, párroco de la Santa Basílica Metropolitana Iglesia Catedral de Santiago de Cuba.

“Recuerda Señor que tu ternura y tu misericordia son eternas, no permitas que nos derrote el enemigo. Sálvanos Dios de Israel de todas nuestras angustias. Señor Dios que nos mandaste escuchar a tu Hijo muy amado, dígnate alimentarnos íntimamente con tu palabra para que, ya purificada nuestra mirada interior, nos alegremos en la contemplación de tu gloria. Por Jesucristo nuestro Señor”. Amén.

Buenos días, buenas tardes, buenas noches, como siempre una alegría, un gozo, poder compartir con ustedes este pedacito de la mañana del domingo, poder compartir la Palabra de Dios en este tiempo de Cuaresma en el que ya vamos avanzando, en el que tenemos que preguntarnos si estamos realmente aprovechando, este es el día del Señor, este es el tiempo de la Misericordia.

Las lecturas de hoy nos hablan de dos montañas muy importantes, la montaña donde Abraham por obediencia a Dios le ofrece en sacrificio a su propio hijo, nos lo narra la primera lectura; y la otra en la que Dios reveló a su Hijo lleno de gloria, en el Evangelio. Abraham que no se negó a sacrificar a su hijo único, fue la imagen del amor infinito de Dios hacia los hombres, así nos lo narra la segunda lectura tomada de la carta del apóstol San Pablo a los Romanos. En la transfiguración que celebramos hoy, la transfiguración de Jesús, Dios nos mostró el mundo de la resurrección al cual nos da entrada la muerte de Cristo, a la resurrección por la Pasión y la Cruz.

El evangelio de hoy está tomado del evangelista San Marcos, en el capítulo 9 versículos del 2 al 10.

 (Lectura del evangelio de San Marcos, capítulo 9, 2-10)

Cada miércoles de ceniza, que recién celebramos, es una nueva ocasión para convertirnos a Dios. Al aceptar las cenizas sobre nuestra cabeza, le estamos diciendo a Dios que nos estábamos alejando de Él, que nos estábamos alejando de Él, pero que estamos arrepentidos y queremos retomar el camino que nos lleva hacia Él. Sabemos que nuestro Dios es compasivo y misericordioso, y nos vuelve a dar la oportunidad de unirnos a Jesús, para recibir su salvación y volvernos justos y santos. Es un camino de cuarenta días en el que nos invita a orar, a ayunar y a practicar las obras de misericordia para con el prójimo, también nos invita a acercarnos al sacramento de la penitencia o reconciliación para recibir el perdón de nuestros pecados y mejorar nuestra relación con Dios, para llegar bien preparados a la celebración de la Pascua. Por eso debemos estar atentos porque ahora es el tiempo favorable, ahora es el día de la salvación.

El Catecismo de la Iglesia Católica nos enseña el movimiento de retorno a Dios llamado conversión y arrepentimiento, implica un dolor y una aversión respecto a los pecados cometidos y el propósito firme de no volver a pecar, la conversión por tanto mira al pasado y al futuro, se nutre de la esperanza en la misericordia divina.

En el Evangelio de hoy se nos habla de la experiencia de Pedro, Santiago y Juan cuando subieron con Jesús a un monte alto en donde se transfiguró radiante de luz, se trata de una manifestación de que Jesús es Dios. Junto a Jesús aparecieron Moisés y Elías como representantes de la ley y los profetas respectivamente, quienes conversaron con Él y de una nube que los cubrió con su sombra, se abrió la voz de Dios Padre que decía este es mi Hijo amado escúchenlo.

En esta Cuaresma tenemos la oportunidad de preguntarnos si vamos a escuchar a Dios, si lo hemos escuchado, si queremos escucharlo, para poder así vivir conforme a Su Palabra. Es el momento de mirarnos por dentro, recordando que el Señor nos dijo, que no todo el que dice, Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos.

Que así el Señor nos lo conceda.

(Música, Escúchenlo, Dumas y Mary)

Ahora hermanos renovemos nuestra profesión de fe pidiendo como siempre al Señor, que nos dé la gracia y la fuerza para no solo profesarla con los labios, sino hacerla vida en nosotros.

Creen en Dios Padre todopoderoso creador del cielo y de la tierra. Sí, creo.

Creen en Jesucristo su único Hijo nuestro Señor, que nació de Santa María Virgen, padeció, murió, resucitó y está sentado a la derecha del Padre. Sí, creo.

Creen en el Espíritu Santo, en la Santa Iglesia Católica, en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de los muertos y en la vida eterna. Sí, creo.

Esta es nuestra fe, esta es la fe de la Iglesia que nos gloriamos de profesar, en Cristo Jesús nuestro Señor. Amén.

Y ahora hermanos confiados en que el Señor siempre nos escucha y siempre nos responde, presentemos nuestras súplicas a Dios nuestro Padre.

En primer lugar, por la Iglesia, para que vivamos profundamente este tiempo de Cuaresma, este tiempo de conversión. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Pidamos por todos los que sufren en el cuerpo o en el espíritu, para que puedan encontrar en Cristo consuelo fortaleza y esperanza, y que nosotros estemos siempre dispuestos a tender la mano para ayudarlos. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Por el aumento de las vocaciones sacerdotales, religiosas, diaconales, laicales, para que cada uno allí donde está, responda a la llamada del Señor a servirlo en los hermanos. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Por todos los difuntos por los difuntos de nuestra familia, por nuestros amigos y de manera particular por aquellos que nadie pide, para que la misericordia de Dios perdone sus pecados y puedan llegar al descanso eterno. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Pidamos también por la mamá del padre Yosvel que ha fallecido, para que el Señor la acoja en su descanso, por el padre Yosbel y su familia, para que el Señor les conceda el consuelo en estos momentos de dolor que siempre representa la separación de los seres que amamos. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Y los unos por los otros, para que podamos seguir avanzando en el camino de la Cuaresma, para que escuchemos la voz de Dios y la sigamos. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Escucha Padre Santo estas súplicas y aquellas que han quedado en nuestros corazones pero que tú conoces. Te las presentamos por Jesucristo tu Hijo nuestro Señor. Amén.

Ahora hermanos oremos con la oración que el mismo Señor Jesús nos enseñó.

Padrenuestro que estás en el cielo
santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu reino.
Hágase su voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
Como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

(Música, Si Tú estás junto a mí, Kiki Troia)

Todos aquellos, que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado pueden hacer la comunión espiritual rezando la siguiente oración.

Creo, Señor mío, que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del Altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo ardientemente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón y como si te hubiese recibido, me abrazo y me uno todo a Ti. Oh Señor, no permitas que me separé de ti. Amén.

Que tengan todo un feliz domingo, que lo puedan disfrutar en familia, disfrutar los unos de los otros, disfrutar de esas pequeñas cosas que el Señor nos va dando y que llenan nuestra vida, compartir lo que han vivido en durante esta semana que ha terminado, y lo que esperan vivir en la semana que comienza. Recuerden a los amigos que están solos, que su familia por una razón u otra está lejos, o ellos están lejos de sus familias, para que sientan también el calor familiar que necesitan, acójanlos.

Y que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre todos nosotros y nos acompañe siempre. Amén.

Les ha hablado el padre Rafael Ángel de la Catedral de Santiago de Cuba, hasta la próxima si Dios quiere.

Con mucho gusto hemos realizado este programa para ustedes desde la Oficina de Medios de Comunicación, de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba.
Guion, grabación, edición y montaje, Erick Guevara Correa.
Dirección General, María Caridad López Campistrous.
Fuimos sus locutores y actores, Maikel Eduardo y Adelaida Pérez Hung.
Somos la voz de la Iglesia católica santiaguera que se levanta para estar contigo…Irradia…

(Música, Acéptame Señor, Javier Brú y Cristóbal Fones sj)

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