Transcripción homilía de Mons. Dionisio G. García Ibáñez, 1 de enero de 2024, Solemnidad de Santa María Madre de Dios-Jornada Mundial de la Paz

Transcripción homilía de Mons. Dionisio G. García Ibáñez, 1 de enero de 2024, Solemnidad de Santa María Madre de Dios-Jornada Mundial de la Paz

Transcripción homilía de Mons. Dionisio G. García Ibáñez
Arzobispo de Santiago de Cuba
Santa Basílica Metropolitana Iglesia Catedral de Santiago de Cuba
1 de enero de 2024
Solemnidad de Santa María Madre de Dios-Jornada Mundial de la Paz

“El Señor te bendiga y te proteja, haga resplandecer su rostro sobre ti y te conceda su favor. Que el Señor te mire con benevolencia y te conceda la paz.” Num. 6, 24-26

 Hermanos,

Nos ha llegado el Salvador, y nosotros sabemos que lo que pasamos aquí en la tierra es pasajero, pues sabemos de Dios nos llama a la vida eterna por eso es que estamos aquí compartiendo, esperando encontrar a Dios y esperando ver a Cristo Jesús.

Como bien se dijo en la introducción de santa Misa, todos sabemos que hoy es un día en que la Iglesia celebra la Fiesta de Santa María Madre de Dios, una de las fiestas más antiguas de la Iglesia, muestra de cómo el Espíritu Santo actúa en el pueblo. También en el Concilio, los obispos pensaron, consideraron por así decirlo, con la asistencia del Espíritu Santo, que aquella fiesta pues tenía que presentarse como algo de peso.

La otra fiesta, es algo que se viene celebrando en os últimos decenios, es que se ha visto bien celebrar en este día, el día de la Jornada Mundial de la Paz, en el mundo entero. Ustedes saben que están necesaria la paz no solamente la paz entre las naciones, sino una paz dentro de la propia nación, la paz en las familias, en los barrios, el no a la violencia, la paz en el interior de cada uno de nosotros. Hoy pediremos personalmente y comunitariamente por todo eso.

Pero también hoy es una fiesta civil, el primero de año religiosamente no tiene mayor connotación que la que yo dije, la fiesta de María Madre de Dios y el día mundial de petición por la paz. Porque el primero de enero como inicio de año es algo muy convencional que las naciones a través de la historia fueron celebrando. A nosotros nos interesa mucho medir las cosas, porque es importante, medimos el tiempo en el cual desarrollamos nuestras actividades, y por eso decimos “fulano tiene tantos años”, tantos años, tantos años. Eso nos ayuda a comprender la realidad de esa persona y medimos el espacio, aquí mismo el espacio que tenemos en nosotros es necesario y por lo tanto los hombres escogieron el 31 de diciembre como final del año y el 1ro de enero como inicio del año.

Entonces, en este día el Papa siempre hace un mensaje pidiendo por la paz, y señalando algunas dificultades o algunas situaciones, que contribuyen a que no haya paz, o a prevenir situaciones futuras que se pueden dar, que se pueden estar dando ahora, y se dan ahora, pero de manera, así como el inicio, pero que después puede ser mayor. Entonces el Papa este año ha dado un mensaje, que verdaderamente yo quisiera que en todas las universidades se leyera, y ojalá que todos los jefes de Estado lo leyeran, que todos aquellos que tienen en sus manos la industria de un país, la tecnología, la ciencia, la investigación, se lo leyeran. ¿Por qué? Porque es muy especializado. Y a nosotros como yo tengo siempre costumbre en otros momentos, en otros años, me gusta leer el mensaje, pero este mensaje es muy técnico.

De tal manera que yo les digo a todos aquellos que estén interesados, que nosotros se lo podemos mandar por las redes, que de eso trata el mensaje, la comunicación, la digitalización, etc. O si no, si tenemos ejemplares pues se puede dar, pero todo aquel que trabaje en estos campos me lo puede pedir, nos lo puede pedir a nosotros.

¿De qué trata el mensaje? Se llama así “Inteligencia artificial y Paz”. Eso no entendemos mucho de eso, perdónenme yo tampoco entiendo mucho. Pero si el Papa quiere señalar, en el fondo, que la ciencia y la técnica deben estar puesta al servicio del bien y nunca al servicio del mal. ¿Por qué? Porque entonces la ciencia en vez de ayudar a las personas las deshumaniza. La tecnología está muy unida a la ciencia, los científicos investigan y los tecnólogos, los ingenieros ponen en práctica, hacen útil esas investigaciones.

Como todo quehacer humano, la ciencia, y la tecnología, y la investigación, son neutras o deben ser neutras. ¿Por qué? Porque lo mismo se pueden utilizar para el bien que se pueden utilizar para el mal. Cuando yo veo que en el oncológico se dan radiaciones, que es precisamente a partir de las investigaciones sobre la energía del átomo, qué bien como la ciencia logra cosas. Pero cuando yo veo que las bombas, la tecnología se utiliza para fabricar bombas de precisión o bombas atómicas tremendas, y que la cantidad de dinero que se gasta en esto es tremenda. Uno dice, no. La ciencia, la técnica y la investigación como toda realidad humana, necesita de la ética personal, y necesita decimos los cristianos de la revelación de Dios que nos va guiando en la vida para no equivocarnos.

Porque puede ser que un iluso, se crea que, porque descubrió algo el más importante que nadie, o lo puede utilizar en su beneficio, o lo puede utilizar para la maldad, porque todos somos pecadores. Y el mensaje lo que dice es que todos tenemos que tener cuidado, porque lo importante es cuál es el uso que hacemos de aquellas cosas que lícitamente hemos buscado e investigado, qué uso hacemos y aquí entra todo, todo entra aquí.

Les hablaba de la del átomo, les hablaba de la guerra, de las bombas tan modernas que, a distancia de kilómetros, cientos miles de kilómetros, se dirigen las bombas y caen y destruyen. Pero podemos hablar de muchas cosas, de muchas cosas. Podemos hablar de una investigación sobre la vida humana y sin embargo desgraciadamente, entonces ahora se habla de aquellas técnicas más propicias para practicar la eutanasia. ¿Qué uso yo hago de lo que yo he descubierto? O se busca estudiar en la embriología, que tan importantes es, y sin embargo también se usa para eliminar vidas en el seno materno.

Se utiliza la técnica para organizar las sociedades. Toda esta inteligencia, todo este desarrollo técnico, pero muchas veces se utiliza esa técnica para dominar las sociedades, quitando a la persona su dignidad y sus derechos.

La técnica nos ha permitido a nosotros, ayer pensaba, la posibilidad de que, en años anteriores, yo saludaba a los que estaban conmigo, que siempre han sido pocos porque me gusta que estén en sus hogares. Mi familia en su lugar y me contentaba con la llamada telefónica. La técnica nos ha permitido ahora no solamente escuchar a los que están a mi lado, o escuchar a la familia lejana, a los amigos en Cuba, después podemos hablar ahora con lo que están fuera de Cuba, he ahí la inmediatez. Pero ahora podemos más, podemos verlos. Hermanos, ésa es la maravilla de la ciencia y de la técnica.

Ahora cuando yo utilizo la técnica para difundir el error, cuando yo utilizo la técnica para denigrar a otros, cuando yo utilizo la técnica para imponer mis criterios, cuando yo utilizo la técnica para bloquear el pensamiento de los demás; fíjense bien hermanos, que el Señor nos dio la inteligencia para poder actuar, maravilla. Pero también el Señor se rebeló a través de Jesucristo, para que la tendencia del hombre al mal y al egoísmo, sea vencida por la gracia de Dios y por la palabra de Dios.

Y en eso no está exento nadie. Ni nosotros que la conocemos y hay veces que nos cuesta trabajo ponerla en práctica, ni aquellos que no la conocen, porque la naturaleza humana nos dice que yo no puedo aplastar a nadie, ni utilizar el poder que tengo, ya sea científico, cultural, educativo o político, no lo puedo utilizar para disminuir a los demás. Por eso, hermanos, el llamado del Papa es que cualquier desarrollo humano, que en definitiva es producto de la inteligencia que el Señor nos ha dado, de la libertad del hombre para hacer nuevas las cosas y también del deseo de descubrir, esa inquietud que tenemos de buscar la verdad, eso se encamina en el buen camino; porque podemos tener muchas posibilidades, podemos encontrar muchas cosas, pero si no van encaminadas a lograr que cada persona se sienta reconocida y su vida en lo que es, su dignidad, sus derechos… el Papa nos llama y nos dice cuidado, cuidado porque las cosas pueden ser peores.

Antiguamente un guerrero con una lanza mataba a uno, o lo hería, si le daba. Ahora por la técnica son muchos los que mueren, ¿por qué? Porque en cada día en que la inteligencia humana y la tecnología aumentan, y progresa, más influencia tienen y más alcance tiene. Por lo tanto, tenemos que tener mucho más cuidado, y el Papa hace un llamado a educar a nuestras juventudes, y yo diría que no solamente eso. Porque pensamos en las universidades, cómo están los jóvenes, en los colegios. No hermanos esto va dirigido a todos, principalmente a los que tenemos cierta autoridad y ojalá que toda autoridad sea moral, es decir que el que la lleva, la lleva porque es capaz y porque tiene el conocimiento y la moral suficiente para llevarla.

Ojalá, que todos eso nos procuremos para que todo lo que hagamos, vaya en el sentido de salvar al hombre y no de destruir al hombre, no de oprimir al hombre, no de opacar a la persona. Ése es el mensaje, que como yo les digo hermanos, quisiera de verdad que aquello que tienen mayor conocimiento de este campo que es muy especializado, lo leyeron.

Hermanos, vamos a hablar de dos cositas como consecuencia de esto.

Todos los años, me gusta mucho que en Santiago de Cuba la bandera sea izada. Porque me parece que eso es, por lo menos a mí, es el deseo de decir empezamos un año nuevo aquí en Cuba, queremos lo mejor para Cuba y todos los cubanos donde quiera que estemos. Deseamos que todo marche bien, mejor que el año anterior, que todos sabemos, en este caso, que ha sido un año muy difícil, muy difícil, y que hay muchas personas pasando muchas penurias y necesidades. Entonces todo deseamos que el año este sea bueno.

Hermanos, ojalá que eso perdurara siempre, ojalá. Porque el izar la bandera en un día como hoy, eso es convocante, eso nos une en un solo sentimiento, el bien de Cuba y de los cubanos. Pero también mira las cosas, como son las cosas de nosotros los humanos, y entonces viene aquello de si la bandera se movió o no se movió, como queriéndole darle a ese hecho una connotación profética, acontecimiento que es producto de la del tiempo en ese momento. Entonces, es también simpático como las personas, yo creo que, por el deseo ese, la inseguridad que se siente de qué será el mañana es que pensamos en esas cosas.

El futuro, según Dios, depende de nosotros, y en la medida en que nosotros sigamos su palabra y que Dios nos ayude con el Espíritu Santo, podemos hacer un futuro mejor. Nadie es capaz de predecir el futuro, nadie, solo lo sabe Dios. Y nadie tampoco puede pensar en fuerzas externas que resuelvan nuestros problemas. Dios nos ha dado la inteligencia, por un lado, y por otro lado nos ha dado su palabra, para que no solamente lo cubanos, los habitantes del mundo entero, busquen y construyan un futuro mejor. Es así, no de otra manera. Nosotros tendremos aquello que nosotros podamos lograr.

Y una de las bases de este conocimiento y de esa gracia de Dios que le da cada persona, es saber enderezar los caminos. Así funciona la tecnología a partir de muchos errores, y así funcionan la ciencia, así el hombre avanza. También nosotros como cubanos, como personas, como familias, cada uno de nosotros, y eso lo hacemos casi seguro, o si no lo hacemos hay que hacerlo, tenemos que reconocer los errores. Es la única manera de avanzar.

Cuando un padre está educando al hijo y las cosas no salen como él cree que deben ser, el busca otros caminos, qué hice mal qué hice bien. Cuando un campesino siembra un campo y la cosecha no sale, fue por esto por lo otro, qué hice bien y qué hice mal. Cuando un médico ataca una enfermedad y el primer tratamiento no funciona, qué hice bien y qué hice mal.

Hermanos, nosotros, nuestro futuro, depende de nosotros. Porque el Señor así ha querido. Él nos ha dado ese poder y Él intervendrá cuando Él le que crea, y sabemos que Dios interviene. Y lo que vamos al cobre, nos damos cuenta que Dios se intervenido en nuestras vidas, pero eso no significa que nos tenemos que cruzar de brazos y esperar. No, Jesús nunca dijo eso, Jesús dijo el que quiera seguirme que cargue con su cruz y me siga como Él la cargó. Hermanos, y eso es clave, porque si nosotros nos hemos apartado de Dios y de su Palabra, personalmente, familiarmente, socialmente, tenemos que pedirle perdón a Dios, si somos responsables tenemos que pedirle perdón a Dios.

Entonces hermanos, que este primero de año, con la bandera izada recordándonos a Cuba y que deseamos el bien de Cuba, todos nosotros, todos, aquí no se puede excluir nadie, tenemos también que repensar nuestro futuro. Y que las responsabilidades no son de un grupo, o de otro grupo, o del más allá o del más acá. Las responsabilidades son de todos. El que tiene poder para determinar y el que es un ciudadano normal. Todos somos responsables y todos, con la inteligencia que tenemos, y también con la Palabra de Dios, y con la humildad suficiente, tenemos que reconocer, Señor me equivoqué, me equivoqué, me equivoqué, eso es de humanos, equivocarse. Y todos somos responsables, ahora no es problema de fulano o mengano, en una familia cuando las cosas funcionan mal, hay que buscar, cambiar, ver lo que hay que hacer. Eso es lo que el Papa nos dice hoy, que las posibilidades que nos ha dado apliquémoslas en el bien.

Y para terminar hablé de la bandera. Voy a hablar de una experiencia de los otros días y perdonen que me alargue, por hoy es el primero del año. Fui a celebrar misa un campo en estos días. Y bueno, no sé, en esas cosas que uno tiene, digo una pregunta, y yo le digo a lo que estaban ahí, estábamos celebrando debajo una mata que enorme, lindísima, que da una sombra increíble a la orilla del mar, y les digo, a ver ustedes, ¿qué piensan, para qué hemos venido al mundo? Esa es mi pregunta, que yo le hago a todos ustedes y que me hago yo. ¿Para qué he venido al mundo? Porque puede ser que nos preocupemos tanto de las cosas de ahora, que nos olvidemos de los fundamental, también que las cosas nos distraigan tanto que no busquemos lo fundamental.

Y una persona, me voy a tomar la libertad porque fue público, minusválida, que con esfuerzo se movía en un carrito para poder trasladarse de un lado otro. Esa persona, así sin levantar la mano, espontáneamente dijo, para amar a Dios, para amar a Dios. Es decir, esa persona que vivía con dificultades, que trataba de superarlas porque se había hecho la máquina aquella para trasladarse, que cualquiera podría pensar hay ése está amargado, no. ¿Para qué hemos venido? Para amar a Dios. Imagínense ustedes, fíjense ustedes, en medio las dificultades, para qué ha venido, para amar a Dios.

Entonces me acordé enseguida, yo tengo ya muchos años, me acuerdo enseguida de la primera pregunta del catecismo de aquella época, que todo el mundo se la sabía. Y la primera pregunta del catecismo que yo he dicho varias veces aquí es, ¿para qué hemos venido al mundo? Para conocer, amar y servir a Dios, en esta vida, y ¿qué más?, y gozar eternamente de Él en la gloria. Muchos se la saben aquí de memoria.

Tenemos que preocuparnos de todo eso, no depender de lo que la bandera se mueva o no se mueva, no pensar que debe venir una varita mágica, no pensar que, si yo he metido la pata una y otra vez, algún día va a salir bien, no es, vaya. Es aprender con la cabeza, la ciencia, la técnica, para adelante, pero ya que estamos en primero de año, no se nos debe olvidar, de que, hemos venido al mundo para conocer, amar y servir a Dios en esta tierra y gozar eternamente de Él en la otra.

Conociendo a Dios, le vamos a amar más. Conociendo a Dios, vamos a descubrir su amor por nosotros. Conociendo a  Dios, vamos a conocer su palabra, que es la que nos dice cómo podemos llegar hasta Él. No podemos vivir en nuestra vida sin la Palabra de Dios, y cualquiera que sea, de la persona más humilde hasta el que tiene mucho poder, no, no funciona. Y se han hecho muchas experiencias, no funciona.

Hay que conocer, amar. Mientras más le conozco más le amó, porque se entregó por mí en la cruz, y además saber que mi vida tiene sentido. Y sirviendo a Dios no significa lo que estamos haciendo nosotros aquí, orando al Señor, alabando y glorificándolo. Sí significa eso, pero servir al Señor significa servir al hermano. Porque ese mismo Señor me dijo, que cualquier cosa que yo hiciera, o tú hicieras, o el otro hiciera a otro necesitado, es como si lo estuviéramos haciendo a Él.

Eso es servir, es decir, sirviendo a Dios no hay egoísmo, al contrario, nos abre a todo el mundo. Sirviendo a Dios nosotros, vamos, encontramos el camino que tenemos que seguir en la vida. Conociendo a Dios, vamos a conocer el sentido de mi vida. Cuando nos olvidamos de eso, nos equivocamos, las zancadillas vienen, el egoísmo aparece, el pecado está presente. Cuando nos olvidamos de que Dios es capaz de cambiar nuestros corazones, porque tiene poder, entonces de esa manera, hermanos nosotros no vamos por el buen camino.

Pero cuando nos damos cuenta de que Dios tiene poder para cambiarme a mí, entonces a través de mí, pues se pueden cambiar muchas cosas, siempre tratando de conocer, amar y servir a Dios en esta vida, para algún día estar junto con Él que es la vida definitiva. Es la vida de Dios que no está en los avatares de la historia, en aquellas desgracias naturales, o en aquellos pecados de los hombres, que hacemos sufrir a tanta gente. En la gloria ahí está el Señor que nos espera; y el Señor dice, ven a vivir mi vida de amor que la vivimos aquí en la Santísima Trinidad, que somos Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Que el Señor nos ayude a vivir el año así, pensando en estas cosas. Que se nos dará la fuerza para no fijarnos tanto el movimiento de la bandera, y si fijarnos mucho en lo que nosotros podemos hacer siguiendo la Palabra de Dios.

El Señor les bendiga a todos.

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