“NOS EMBARCAMOS”…

El 22 de febrero de 1852… armada de confianza con mi Dios y cierta que Él solo podía guardarme a mí y a todas las que me había confiado, de tantos inminentes peligros como presentaba un viaje tan espantoso para mujeres… (Autobiografía de Madre París 135)

• Se embarcan para Cuba… con incertidumbre frente a lo desconocido, a un Nuevo Mundo…, nueva cultura, nuevas razas, nueva realidad…

• Se embarcan seguras de que era este Nuevo Mundo donde Dios quería dar a luz la Nueva Orden… sabiendo que cuando Dios quiere algo… antes o después, lo lleva a cabo
• Se embarcan… porque Dios quería… era su voluntad, su deseo, porque, “contra toda evidencia”, no dudaban; y, porque esperaban “contra toda esperanza”.
• Se embarcan… a pesar del miedo, oscuridad, soledad, a pesar de las dudas e incertidumbres…
• Se embarcan “dejando atrás”, alejándose de lo conocido, de lo amado, de la familia, de la Compañía de María, de lo seguro, de lo estable, saliendo de su zona de confort…

¿DONDE ENCONTRARON el coraje, la valentía, la fuerza, para embarcarse?

👉En la FE en Dios Padre
👉En la relación personal y constante con Cristo que sostiene, confirma, acompaña
👉En la esperanza. En la seguridad de que la Providencia de Dios nos conduce.

Y YO…
🛥️ ¿HACIA DONDE TENGO YO QUE EMBARCARME?
↩️ ¿QUÉ TENGO QUE DEJAR ATRÁS?
⚓ ¿DÓNDE AFIRMARME?

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