TRAS LAS HUELLAS DE CLARET EN CUBA

TRAS LAS HUELLAS DE CLARET EN CUBA

OTRAS INICIATIVAS DE PASTORAL SOCIAL DEL ARZOBISPO CLARET
LA FAMILIA

Claret dio una gran importancia a la familia y a la educación familiar.
Sobre ella escribió bellos párrafos en su Carta pastoral al pueblo después de la primera visita pastoral realizada en 1853 (punto XVII). Su librito Las delicias del campo es un compendio de varios temas, entre ellos el matrimonio, la vida familiar y algunas orientaciones prácticas para las niñas de cómo el matrimonio debe llevar una familia.

Pero pronto tuvo que afrontar el gran problema del concubinato o amancebamientos. Lo hizo valientemente para poder erradicar uno de los principales males familiares, muy extendido y enraizado, con que el santo arzobispo se encontró a su llegada a la Isla.
“En estas tierras – escribía en 1852 – se hace mucho bien, muchísimo; pero hay unos principios de destrucción, de corrupción y de provocación de la divina justicia, que seguro que lo conseguirán.

Son de tres clases: abogadillos hijos del país, propietarios de negros y españoles… Pero los más malos son los que han venido de España, y singularmente los catalanes son malísimos; son pésimos; nunca se confiesan, ni comulgan, ni van a oír misa; todos, o viven amancebados, o tienen ilícitas relaciones con mulatas y negras y no aprecian a otro Dios [más] que el interés”.

Consideró siempre el amancebamiento como un grave obstáculo: primero por ser una grave desviación para la vivencia de la fe católica, y segundo, como un gravísimo daño contra el bien público por lo que supone de destrucción de la vida familiar. Por eso, desde los primeros momentos de su actividad pastoral, sus preocupaciones iban orientadas a desterrar definitivamente este cáncer moral y social, facilitando los trámites y burocracias lo más posible e interviniendo a veces con energía ante la autoridad civil.

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