TRAS LAS HUELLAS DE CLARET EN CUBA

TRAS LAS HUELLAS DE CLARET EN CUBA

TRES MODOS DE ANUNCIAR LA PALABRA DE DIOS
LA EXPERIENCIA PERSONAL DE CLARET COMO ARZOBISPO DE SANTIAGO DE CUBA

Claret señala, en entre otros, tres modos para anunciar la Palabra de Dios:

LA PROPAGACION DE LA BIBLIA

En la dedicatoria que Caixal y Palau hacían a Claret de la reedición de la Biblia, comentada por el P. Scio, afirmaban: «Y tanto más le corresponde esta dedicatoria, por cuanto V. E. es el que nos ha sugerido el pensamiento de publicarla para que cese esa especie de desidia que se nota en algunos de nuestros hermanos y compatricios en leer y meditar las Santas Escrituras, desidia ocasionada las más veces de no tener a mano un libro tan precioso…

Recordamos también haber visto a V. E. santamente anheloso de poder ofrecer a los fieles españoles una edición de la SANTA BIBLIA que, a las condiciones de baratura y corrección reuniese las bellezas y elegancia del arte tipográfico».

Después publicaría personalmente otras ediciones de las Sagradas Escrituras, total o parcialmente, manuales, de fácil manejo y económicas para que la pudiesen adquirir aun los más pobres.

– En 1856, hace edición popular del Evangelio de San Mateo, comentado por él mismo, con los dos primeros capítulos de los Hechos de los Apóstoles, para completar, junto con el Prólogo, la lectura de un mes, a capítulo por día.
– Durante su etapa de Arzobispo fueron innumerables las Biblias que repartió especialmente en la Santa Misión y en sus Visitas Pastorales.
– En 1860 publica en formato liliputiense cuatro capítulos de cada uno de los Evangelios para que los soldados que iban a la guerra de Africa los pudieran llevar fácilmente en la mochila.
– En 1862 editó la Biblia Sacra o Vulgata latina para sacerdotes y seminaristas. En la misma, al margen de los textos, puso una manecilla para señalar los más interesantes y, además, un guión para los textos que son importantes a fin que los aprendiesen de memoria.

En 1864 brindó a los antes citados la traducción del Manual de Concordancias de la Sagrada Escritura, de De Raze.

Por último, en el Reglamento para las Bibliotecas populares y parroquiales, al describir el elenco de libros con los que han de comenzar, indica la Santa Biblia del P. Scio (seis tomos), el Evangelio de San Mateo, que él anotó y publicó, y la Historia Sagrada de Pintón.

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