Irradia emisión del 2 de mayo de 2021

Irradia emisión del 2 de mayo de 2021

Programa Radial de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba
Transmitido por RCJ, el Sonido de la Esperanza y CMKC, emisora provincial
Quinto Domingo de Pascua

 “Yo soy la vid ; ustedes los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él ese da mucho fruto; porque sin mí no pueden hacer nada”.  Juan 15, 5

(Música, Como el sarmiento a la vid, Maite Losada)

Para llegar a ti como una bendición, para abrir tus alas al amor de Dios.

Irradia. Un proyecto de la Oficina de Comunicación de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba.

Saludos a todos los que nos acompañan en este día en que venimos a compartir la fe con nuestra comunidad.

Bienvenidos a este encuentro fraternal con la iglesia toda, como cuerpo místico de Jesús.

Irradia está contigo, irradiando la fe.

 (Música, Como el sarmiento a la vid, Maite Losada)

 Nuestro invitado nos ayudará a reflexionar sobre el Evangelio de hoy

Buenos días para todos los oyentes que nos acompañan en esta celebración, presidida por mí, el P. Camilo de la Paz Salmón Beatón, párroco de la parroquia de San José Obrero 2, que ayer celebraba su Fiesta Patronal de San José Obrero. En esta celebración hermanos, nosotros vamos a vivir el encuentro con Jesús en este quinto domingo de Pascua, donde Jesús nos habla en el texto del Evangelio, San Juan Capítulo 15, del 1 al 8.

(Lectura del evangelio de San Juan, capítulo 15, 1-8)

Hermanos, en este texto del Evangelio que hemos escuchado, Jesús nos explica con una autodefinición preciosa, quién es Él. Él es la verdadera vid. ¿Y qué nos quiere decir Jesús con que Él es la verdadera vid? Jesús nos ensaña y nos habla que él es la vid, porque nosotros formamos parte de esa vid por el sacramento del bautismo. La idea esencial en esta liturgia de la palabra, es tener en cuenta como pueblo de Dios, como Iglesia, que formamos parte de Jesús, estamos unido a Él, en los sacramentos formamos un solo cuerpo. Él es nuestra cabeza, el Señor resucitado.

Ahora bien, Jesús inserta otra idea esencial, muy valiosa en esta reflexión espiritual que tenemos en este quinto domingo de Pascua. “Permanezcan en mí. Sin mí, no podrán hacer nada” Qué triste es el hombre de la actualidad que camina haciendo mal uso de su libertad, sin tener en cuenta a Jesús la verdadera vid. Qué doloroso es para la Iglesia, en sus miembros, no tener en cuenta que somos un cuerpo y que nuestra cabeza es Jesús, muerto en cruz y resucitado. Qué triste es en la actualidad querer dar fruto sin contar con Jesús, la verdadera vid, que es la fuente de frutos de vida eterna.

Hoy nosotros en este tiempo hermoso, en el mes de mayo, donde también la naturaleza nos acompaña de una manera excepcional por la primavera, contemplemos a María, la gran discípula de Jesús siendo su Madre. Si este discurso de Jesús de Juan 15, versículos 1 al 8, Él lo dirige a sus discípulos; María fue su primera discípula, la primera cristiana en la Iglesia, y es además Madre de la Iglesia.

Nosotros vamos a pedirle a ella en este mes de mayo, cuando Su Santidad el papa Francisco, por el contexto difícil que tenemos en la actualidad, por la epidemia del Covid que nos afecta corporalmente, destruye la armonía de la familia porque tenemos incidentes de muerte, tenemos miedo, caminamos con miedo; tenemos la peor enfermedad, que es la enfermedad del alma, porque nosotros buscamos dar frutos sin contar con Dios. Nosotros vamos a contemplar a María en este mes de mayo, rezando el Rosario, en la oración. Ésa es la manera más sublime de permanecer en Jesús. Ahí nosotros vamos a recibir la gracia del Espíritu Santo, y vamos a seguir caminando en este tiempo de Pascua, celebrando la Ascensión del Señor, Pentecostés, y a celebración solemne del Cuerpo y la Sangre de Cristo.

María es una escuela. María también, aunque sea discípula, Madre y misionera, es la Madre de la Iglesia; y la Iglesia siempre tiene que tener una actitud orante, buscando la intercesión de María. ¿Por qué? Porque siempre hay una tentación y es querer dar frutos sin contar con Dios, usurpándole a Dios el título de la divinidad, y sin ÉL, como dice Jesús, no podemos hacer nada.

Él ha querido que el hombre permanezca en Él, en una unidad completa que, de testimonio de Él, que forme parte de Él, en el misterio de la cruz y la resurrección, que es en definitiva el misterio pascual que la Iglesia celebra en este tiempo. Y hoy de una manera especial en el inicio del mes de mayo, acompañando a María, pero de una manera muy hermosa: Ella acompañándonos a nosotros, porque lo necesitamos, para no caer en la tentación de querer ser como Dios, cuando nosotros no vamos a permanecer ya en Dios, porque nos ha fallado grandemente la virtud de la humildad.

Hermanos, con esta meditación, con esta reflexión, solamente me queda decirles que hay que orar el Rosario en familia. Hay que contemplar a Jesús en sus misterios. Su Santidad el papa San Juan Pablo II lo decía insistentemente, Su Santidad emérito Benedicto XVI también, y hoy el Papa Francisco. Hoy la Iglesia necesita de nuestras oraciones, el mundo entero necesita de conversión, el mundo entero tiene que descubrir en la oración fiel a María, de que solamente con Jesucristo podemos hacer uso correcto de nuestra libertad, y de una manera especial, a los cristianos de fe católica, debemos constantemente dar testimonio de que somos bautizados, de que pertenecemos a Jesús, la verdadera vid, unidos en un vínculo filial en el sacramento del bautismo, para dar frutos.

Que así sea.

(Música, Enséñame María, Cristy Villaseñor)

Ahora todos juntos hermanos, invoquemos a Dios, y presentemos nuestras súplicas y peticiones. A las siguientes peticiones contestaremos: María, madre nuestra y Madre de la Iglesia, Ruega por nosotros. R/ María, madre nuestra y Madre de la Iglesia, Ruega por nosotros.

Damos gracias a Dios por la iniciativa hermosa y oportuna del papa Francisco, de unir a toda la iglesia en la oración del Santísimo Rosario diariamente, y que a nosotros como pueblo de Cuba nos toca, como una gran dicha el día 20 de mayo en el Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, le pedimos a Dios y le damos gracias que nos acompañe y ayude siempre, y que podamos como pueblo ser testimonio de esa oración en nuestra casa nacional. Roguemos al Señor. María, madre nuestra y Madre de la Iglesia, Ruega por nosotros.

Pedimos en este día en que iniciamos el mes de mayo por nuestra iglesia cubana, por todos nuestros obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, por todos nuestros seminaristas, para que la intercesión de María siempre nos haga más uno en la iglesia, y siempre permanezcamos en el amor. Roguemos al Señor. María, madre nuestra y Madre de la Iglesia, Ruega por nosotros.

Pedimos por todas nuestras necesidades como pueblo en este mes de mayo. Pedimos en primer lugar que este pueblo pueda gozar de justicia y de paz, pedimos por nuestros gobernantes, por nuestras relaciones humanas, que podamos crecer, que podamos ser personas, que nos tratemos bien, con amor, con cercanía, con delicadeza; que las escaseces y necesidades no destruyan nuestras relaciones humanas. A veces es común ver como las personas en grupos humanos, por adquirir cualquier recurso, se trata mal, hoy nosotros le pedimos a Santa María de la Caridad del Cobre, Madre y Patrona nuestra que nos ayude a ser imagen de su Hijo en la amabilidad, que es una forma bella de permanecer en él. Roguemos al Señor. María, madre nuestra y Madre de la Iglesia, Ruega por nosotros.

Le pedimos a Nuestra Señora de la Caridad del Cobre en este mes especia, para que Dios, nuestro Padre Creador, que ordena y dirige todas las leyes de nuestra naturaleza, que en este pueblo, y en todos los pueblos del mundo entero, pueda llover un poco más; para que nuestros campos den frutos también con los cuales también nos podamos sustentar, para que nuestros campos gocen de flores hermosas para nosotros ofrecérselas a la Virgen, para que nuestros campesinos y ganaderos puedan tener fuentes de agua para el sustento de sus regadíos y sus animales. Roguemos al Señor. María, madre nuestra y Madre de la Iglesia, Ruega por nosotros.

Pedimos por nuestros niños, por nuestros jóvenes, pedimos por los matrimonios, por nuestros presos, para que siempre en la condición que estén, den testimonio de que Jesús es la verdadera vid. Pedimos por todas las personas que no conocen a Dios, por todos los ancianos que sufren hambre, hambre corporal y hambre de comprensión familiar; pedimos por tantas veces que nos desesperamos porque no tenemos productos para comer; pedimos por tantas veces que perdimos la paz, porque nos desesperamos en una noche oscura terrible en la que no sabemos cuándo acabará todo esto; le pedimos a Dios que nos bendiga por la intercesión de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre. Roguemos al Señor. María, madre nuestra y Madre de la Iglesia, Ruega por nosotros.

Hermanos, y en sintonía con el texto del evangelio de hoy, con la meditación que hemos tenido, vamos a pedirle a la Virgen que también ella, como Madre y Reina de todo lo creado y redimido en la historia, nos envíe flores hermosas en este mes de mayo primaveral desde el cielo; flores de conversión, las flores que nosotros necesitamos para no caer nunca en tentación, para nunca renegar de Dios, para nunca negar a Dios. Que nos envíe las flores de alma, que ella siempre tuvo al lado de su Hijo, y lo contempló, y tiene en el cielo, para nosotros ser fieles al mensaje del Evangelio, fieles a la Iglesia, a nuestro bautismo, y fieles cada día, a la celebración de la misa, y con mucha fe, con mucha esperanza, esperar el paradigma de todo cristiano, todo pasa, pero nunca darle oportunidad al maligno de caer desesperado. Porque nosotros los cristianos desde la tierra, en este mundo que pasa, miramos al cielo, y esperamos con mucha confianza, que Jesús, el Señor, nos de la gracia de que todas nuestras obras estén encaminadas a Él. Roguemos al Señor. María, madre nuestra y Madre de la Iglesia, Ruega por nosotros.

Acoge Padre Santo todas estas peticiones que te presentamos y ofrecemos por tu Hijo Jesucristo, nuestro Señor, Amén.

Ahora hermanos, todos juntos, vamos a orar con la oración que Jesús nos enseñó. Qué hermoso es llamar a Dios, Padre Nuestro. Todos somos hermanos, tenemos un solo Padre, nuestro Padre Creador, y estamos acompañados por una Madre, que intercede por nosotros. ¿Cuántas veces la Virgen no oró con su Hijo Jesús el Padre nuestro? Todos juntos invoquemos nuestra oración.

Padre nuestro que estás en los cielos,

santificado sea tu nombre.

Venga a nosotros tu reino.

Hágase tu voluntad,

así en la tierra como en el cielo.

Danos hoy el pan de cada día.

Perdónanos nuestras ofensas,

Como también nosotros perdonamos

a los que nos ofenden.

No nos dejes caer en tentación,

Y líbranos del mal. Amén

Y la bendición de Dios Todopoderoso, Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, descienda sobre cada uno de ustedes y los acompañe siempre. Amén

Hermanos antes de terminar, muchas gracias por su atención, muchas gracias por ser oyentes fieles. Pero antes de dar la despedida, vamos a retomar aquella idea del Papa, que la presenta al mundo como una saeta de conversión, orar siempre, todos los días, con una intención especial, el Santísimo Rosario, todos los días, todos los días en familia. Y confiar que, en la intercesión amorosa de María, encontraremos nuestra paz.

Es por esto hermanos que antes de despedir, todos juntos en silencio vamos a rezar el Ave María.

Dios te salve María, llena eres de gracia,

el Señor está contigo.

Bendita tú eres entre todas las mujeres,

y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María, Madre de Dios,

ruega por nosotros, pecadores,

ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

 Ave María purísima/Sin pecado concebida

Santa María de la Caridad del Cobre / Ruega por nosotros

San José / Ruega por nosotros

 Hermanos, ha sido un gran gusto compartir con ustedes este tiempo de oración, este tiempo de celebración, meditando la palabra de Dios, donde Jesús nos pide permanecer en él apra dar frutos. Les doy las gracias por todas sus atenciones, y también les pido, con mucha humildad que oren por este sacerdote joven, el padre Camilo de la Paz Salmón Beatón, párroco de la parroquia San José Obrero 2.

Pueden ir en Paz, Aleluya, Aleluya.

Demos gracias a Dios, Aleluya, Aleluya.

Con mucho gusto hemos realizado este programa para ustedes desde la Oficina de Comunicación, de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba.

Guion, grabación, edición y montaje: Erick Guevara Correa

Dirección general: María Caridad López Campistrous

Fuimos sus locutores y actores. Maikel Eduardo y Adelaida Pérez Hung

Somos la voz de la Iglesia católica santiaguera que se levanta para estar contigo… IRRADIA

 (Música, Virgen Mambisa, Acrisolada)

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