Amar y amarnos

Amar y amarnos

Por: Aliuska Ponce de León

Comunicadora Cáritas Santiago de Cuba 

Una vez escuché decir a alguien: “todos queremos vivir muchos años, pero nadie desea ser viejo” y ciertamente es esa una idea bastante generalizada y hasta paradójica si tenemos en cuenta que mientras avanza la vida, también progresa, como ley natural, el desgaste de nuestro organismo. ¿Qué hacer entonces ante una verdad que se impone y para la cual, al parecer, no hay remedio?

Respuestas y orientaciones en torno a esta interrogante que preocupa y ha hecho indagar a los especialistas, fue el motivo del reciente taller que reunió a formadores y animadores responsables de los grupos de espiritualidad del Programa de Personas Mayores de Cáritas en Santiago de Cuba. La temática abordada fue “El autocuidado en las personas mayores”.

La jornada estuvo a cargo de la psicóloga Livia Vázquez Nold, quien partió definiendo el concepto de salud como el equilibrio de todas las funciones y sistemas del organismo y su relación con el entorno. “Cuando se rompe este equilibrio aparece la enfermedad”, afirmó la especialista. “Antes se entendía la salud como un estado -prosiguió– hoy se ha llegado al consenso de que es un proceso”. El autocuidado entonces no sólo es importante sino imprescindible para el buen funcionamiento mente-cuerpo. El mismo está relacionado con el estilo de vida pues muchas enfermedades pueden ser el resultado de cómo vivimos y de cuáles son nuestros hábitos.

Gran razón tenía el escritor ruso León Trotski al pensar que: “La vejez es la cosa menos inesperada de todas las que le suceden al hombre”, de ahí que podamos prepararnos para ella. En este sentido ocuparnos de nosotros mismos, no delegándolo en otras personas, sería una actitud sabia y prudente. El autocuidado es un acto de vida que permite a las personas mayores convertirse en sujetos de sus propias acciones, por lo que es un proceso voluntario del individuo para consigo mismo; se apoya en un sistema formal, como es el de salud, e informal, con el apoyo social. Pero para autocuidarnos debemos, ante todo, conocernos y querernos.

Para un adecuado autocuidado se requiere que las personas adultas mayores fortalezcan su autoestima para así tener una apropiada relación consigo mismas. La autodeterminación será importante en la toma de decisiones acertadas como: visitas al médico cuando se requiera, la realización de ejercicios físicos con regularidad, participación en actividades recreativas, no auto medicarse, correcta higiene personal, alimentarse equilibradamente, etc. Un adulto mayor que se preocupe por el cuidado de su persona se mantiene activo e independiente, mejora sus relaciones interpersonales, hace menos grave la enfermedad o discapacidad que padezca y se adapta a los cambios de la vida. Además de las instrucciones oportunas, la jornada se desarrolló con dinámicas que ayudaron a los presentes a reconocer actitudes e identificar miedos. No olvidemos nunca que Jesús nos aconseja amar al prójimo como a nosotros mismos, por tanto: amar es tan importante como amarnos.

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