Transcripción homilía de Mons. Dionisio G. García Ibáñez, 21 de enero de 2024, III Domingo del Tiempo Ordinario

Transcripción homilía de Mons. Dionisio G. García Ibáñez, 21 de enero de 2024, III Domingo del Tiempo Ordinario

Transcripción homilía de Mons. Dionisio G. García Ibáñez
Arzobispo de Santiago de Cuba
Basílica Santuario de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre
21 de enero de 2024
III Domingo del Tiempo Ordinario

“Vengan conmigo y los haré pescadores de hombres.” Marcos 1, 17

Hermanos,

Ya estamos en el III domingo después del Bautismo del Señor, es decir, en el Tiempo Ordinario y la verdad, yo les dije el domingo anterior y lo vuelvo a repetir ahora, si nosotros queremos hacer un buen ejercicio espiritual, es decir, un ejercicio de esos que nos llevan a encontrarnos con Dios, creo que nosotros debemos de leer los evangelios de estos días, de estos domingos anteriores y aún entre los días de la semana, y también nosotros ponernos en la piel de Pedro, de Santiago, de Andrés y de Juan, los discípulos del Señor.

Porque estos domingo hemos visto como Jesús, después de su bautismo que empezó la vida pública, estoy repitiendo casi lo del pasado, me parece que vale la pena; ya después del martirio de Juan el Bautista, el Señor lo que hace es dar su primeros pasos predicando la Buena Noticia, el Evangelio y llamando a sus discípulos, aquellos que curiosamente querían encontrarse con Él, como aquellos dos discípulos el domingo pasado que le dijeron que Juan les dijo, ese es el Cordero de Dios y ellos le siguieron o Jesús que llama, Jesús llama y no solamente a ellos hay otros muchos, de hecho, parece que ya había mucha gente que le seguía porque uno cuando el Evangelio se da cuenta.

Entonces el primer ejercicio que cada uno de nosotros quiera decir, yo soy Pedro, Andrés, Juan, Santiago, estoy ahora mismo aquí participando virtualmente en la misa, y Jesús pasa y me llama. Vamos a hacer ese ejercicio, a ver qué le decimos a Dios. Seguro que todos tenemos ganas de seguirlo, seguro, pero después en el camino vienen las cosas, pero vamos a escuchar bien que nos dice la Palabra de Dios hoy. (more…)

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Eucaristía 21 enero de 2024, III Domingo del Tiempo Ordinario

Eucaristía 21 enero de 2024, III Domingo del Tiempo Ordinario

Eucaristía 21 enero de 2024
III Domingo del Tiempo Ordinario
Desde la Basílica Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre

“Vengan conmigo y los haré pescadores de hombres.” Marcos 1, 17

Transmisión de la Eucaristía por el canal de YouTube de la Parroquia del Cobre, desde la Basílica Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, presidida por Mons. Dionisio G. García Ibáñez, arzobispo de Santiago de Cuba.

Agradecemos a todos los que hacen posible esta transmisión, a los que ponen su trabajo y talento al servicio de la comunidad.

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Catequesis Vicios y virtudes 4

Catequesis Vicios y virtudes 4

Catequesis Vicios y virtudes 4
PAPA FRANCISCO AUDIENCIA GENERAL
Aula Pablo VI, Miércoles, 17 de enero de 2024

Catequesis. Vicios y virtudes 4: La lujuria

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Hoy escuchemos bien la catequesis, porque después tendremos un circo que actuará aquí para entretenernos.

Continuemos nuestro itinerario sobre los vicios y las virtudes; y los antiguos Padres nos enseñan que, después de la gula, el segundo “demonio”, es decir vicio, que está siempre agazapado a la puerta del corazón es el de la lujuria. Mientras que la gula es la voracidad hacia la comida, este segundo vicio es una especie de “voracidad” hacia otra persona, es decir, el vínculo envenenado que los seres humanos mantienen entre sí, especialmente en el ámbito de la sexualidad.

Entiéndase bien: en el cristianismo no se condena el instinto sexual. Un libro de la Biblia, el Cantar de los Cantares, es un maravilloso poema de amor entre una pareja de novios. Sin embargo, esta hermosa dimensión de nuestra humanidad, la dimensión sexual, la dimensión del amor, no está exenta de peligros, hasta el punto de que ya San Pablo tiene que abordar la cuestión en la primera Carta a los Corintios. Escribe así: “Es cosa pública que se cometen entre ustedes actos deshonestos, como no se encuentran ni siquiera entre los paganos” (5,1). El reproche del Apóstol se refiere precisamente a un uso malsano de la sexualidad por parte de algunos cristianos. (more…)

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Irradia, emisión del 14 de enero de 2024

Irradia, emisión del 14 de enero de 2024

Irradia, emisión del 14 de enero de 2024
Transmitido por CMKC, Emisora
​​Provincial de Santiago de Cuba
Programa Radial de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba
II Domingo del Tiempo Ordinario

“Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad” Salmo 39

(Música, Y en ese día, Javier Brú)

Para llegar a ti como una bendición, para abrir tus alas al amor de Dios.
Irradia. Un proyecto de la Oficina de Comunicación de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba.
Saludos a todos los que nos acompañan en este día en que venimos a compartir la fe con nuestra comunidad.
Bienvenidos a este encuentro fraternal con la iglesia toda, como el cuerpo místico de Jesús.
Irradia está contigo, irradiando la fe.

(Música, Y en ese día, Javier Brú)

En esta mañana nos acompaña el P. Rafael Ángel López Silvero, párroco de la Santa Basílica Metropolitana Iglesia Catedral de Santiago de Cuba.

Que se postre ante ti Señor la tierra entera, que todos canten himnos en tu honor y alabanzas en tu nombre. Dios todopoderoso y eterno que gobiernas los cielos y la tierra, escucha con amor las súplicas de tu pueblo y haz que los días de nuestra vida transcurran en tu paz. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Buenos días, buenas tardes, buenas noches, donde quiera que se encuentren, siempre una alegría, un gozo, poder compartir con ustedes este pedacito de la mañana del domingo, y sobre todo compartir la Palabra de Dios; esa palabra que nos ha sostenido en la semana que termina y que nos sostendrá en la semana que comenzamos. Estamos en el segundo domingo del Tiempo Ordinario, el lunes pasado celebramos la fiesta del Bautismo del Señor y con ella terminamos el tiempo de Navidad y comenzamos el Tiempo Ordinario.

La Navidad y la Pascua conllevan una preparación, la Navidad el Adviento, la Pascua la Cuaresma, y en ambas celebramos hechos salvíficos fundamentales. Por su parte, el Tiempo Ordinario celebra la salvación desde todos sus misterios, es como si desde un punto elevado contempláramos toda la belleza de un panorama, mientras que en los otros tiempos equivaldrían a detenernos a mirar y admirar un punto determinado del paisaje, un bosque, una cascada, una colina.

El Tiempo Ordinario está conformado por 33 ó 34 semanas, divididas en dos partes, una corta que inicia al finalizar el tiempo de Navidad y se suspende al dar comienzo la Cuaresma, y otra más larga que retoma este tiempo desde el fin de la cincuentena pascual hasta día del inicio del Adviento, del nuevo año litúrgico. (more…)

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Transcripción homilía de Mons. Dionisio G. García Ibáñez Arzobispo de Santiago de Cuba, 14 de enero de 2024

Transcripción homilía de Mons. Dionisio G. García Ibáñez Arzobispo de Santiago de Cuba, 14 de enero de 2024

Transcripción homilía de Mons. Dionisio G. García Ibáñez
Arzobispo de Santiago de Cuba
Basílica Santuario de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre
Eucaristía 14 de enero de 2024
II Domingo del Tiempo Ordinario

“Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad” Salmo 39

Hermanos,

Todavía tenemos el recuerdo de la Navidad que hemos pasado, que hemos celebrado. Todavía también en nuestra diócesis, que es seguro en toda Cuba, nosotros aquí hemos experimentado el gozo de que en todas las comunidades podemos decirlo así, se ha celebrado la fiesta de la Navidad y la fiesta del Epifanía del Señor, el tan conocido día de Reyes.

La verdad que ha sido un regalo de Dios porque al celebrarla, y en la manera, en el en el espíritu que se veía en las personas, las motivaciones, la verdad que ha sido un acicate muy bueno para empezar este año. Este año que como se llama en la liturgia del tiempo ordinario, es decir el tiempo en el cual no celebramos algunos de esos momentos especiales, esos hitos en la historia de la salvación, como el nacimiento del Señor, como es su pasión y su muerte y su resurrección, como es la avenida del Espíritu Santo; sino que es el tiempo de la Iglesia, es el tiempo de lo normal en la iglesia.

Nosotros tenemos que vivir la vida viviendo la vida ordinaria de todos los días, y en esa vida ordinaria de todos los días, nosotros tenemos que vivir lo que celebramos el domingo pasado, que al celebrar el Bautismo del Señor también nosotros recordamos nuestro bautismo, y todos sabemos que todos hemos sido llamados a ser santos como nuestro Padre Celestial es Santo.

Y esa llamada a la santidad, ésa, se realiza en la vida ordinaria, en la vida de cada día. Hay santos que han realizado, Dios ha permitido que realicen obras extraordinarias; pero la santidad de esa multitud que dice el Apocalipsis, esa multitud ingente de personas que no se podían contar, esas personas alcanzaron la santidad en su vida ordinaria, en la vida de cada día y eso es lo que tenemos que pretender nosotros.

Entonces hermanos vamos a comenzar este tiempo ordinario de nuestra vida como cristiano, vamos a comenzarlo recordando el bautismo, la llamada del Señor a ser santos, a vivir como cristiano y hacer otro Cristo en medio del mundo.

No en balde, porque la Iglesia en esa pedagogía que tiene, los que van a misa diariamente y en la misa, por ejemplo de este domingo, nosotros hemos visto que lo que se lee es la lectura de Jesús llamando a sus discípulos, en el Evangelio y entonces Él los vió pescando en el lago de Tiberíades, los llamó a estos dos discípulos que estaban con Juan, Juan lo señaló y les dijo ese es el Cordero de Dios y los discípulos dijeron, vamos a seguir a ese que dice Juan, ya que él había dicho que no era digno de sacarle la correa de las sandalias. Entonces es ese inicio como estamos nosotros, ya todos conocimos que Dios mismo vino a nosotros hecho un Niño para salvarnos a nosotros, es la buena noticia, que los ángeles dieron diciéndoles no teman, alégrense, ya lo sabemos. Ahora cómo lo vivimos y ahí viene.

Entonces Jesús fue llamando a sus discípulos, a uno por aquí, a otro por allá, y reunió a ese grupito de doce, ¿solamente eran doce discípulos? No, eran mucho más discípulos, pero estos son los que el Señor escogió, precisamente, para que continuaran su obra, para que para que fueran las columnas de la Iglesia que tiene como misión hacer presente a Cristo en el mundo; sabiendo que Cristo se hará presente en el mundo, también en la medida, en que nosotros lo sepamos hacer presente. Por eso es que el Señor precisamente instituye la Iglesia y llama a los discípulos.

Bien la primera lectura. Es de ese muchacho Samuel, joven, dice que todavía no conocía bien las cosas de Dios era muy joven, y entonces él siente que alguien le llama. Es una manera de decir que Dios nos llama de alguna forma, a alguna manera y otro de otra. Samuel parece que fue así, y entonces por tres veces, el Señor los llama él vivía en el templo, la familia lo había dejado en el templo para el servicio del templo, para consagrarlo al Señor, pero él no sabía, qué hago. Y Elí se da cuenta de que Samuel, que era un muchacho joven, vaya que quería también hacer la voluntad de Dios, que era Dios el que le estaba llamando; y entonces le des instrucción cuando te llamen, tú le dices manda Señor que tu siervo escucha.

Y entonces ahí se termina el texto, como diciendo Samuel le dio la respuesta a Dios; y ya después si seguimos leyendo el texto de Samuel, veremos toda la maravilla que Dios hace a través de Samuel. Fíjense bien que en la medida en que nosotros sigamos la llamada de Dios, cumplamos su voluntad, así no solo también podremos hacer maravillas, Dios, mejor dicho, podrá hacer maravillas a través de nosotros, pero todos nosotros estamos llamados a eso a hacer maravillas en nombre de Dios, con el poder de Dios o dejar que Dios actúe a través de nosotros.

Viene el salmo y entonces escuchamos, escuchamos el salmo tan precioso el salmo 39, aquí que estoy Señor para hacer tu voluntad; y entonces en ese salmo en el que la persona es fiel, clama a Dios Señor yo quiero yo quiero encontrarme contigo, y vienen otras respuestas. Dios primero, es el que tiene la iniciativa, pero también debe de surgir de nosotros ese espíritu de buscarlo a Él. Y yo creo que eso lo tenemos todos los hombres y mujeres, lo que pasa es que lo dejamos a un lado y no nos damos cuenta de que tenemos que buscar el sentido de la vida, y sobre todo el sentido de mi vida, para qué yo he venido al mundo. Y como somos creyentes, cada uno de nosotros tiene también que pensar qué Dios me ha pedido a mí, en mi vida, porque en la medida en que yo cumplo lo que Él me llama, como dije ahorita nosotros vamos a hacer la obra de Dios en el mundo.

El salmo es precioso. Yo le digo a todos ustedes, que cuando tengan tiempo en su casa cojan el salmo 39 y lo lean, pero no para escuchar un poema bello, una oración bella, para contemplarla sí, sino también para decir y a mí qué me dice.

Tenemos la segunda lectura, y la segunda lectura nos dice que somos templos del Espíritu Santo y que por lo tanto, el Espíritu Santo habita en nosotros quiere habitar en nosotros, y nosotros tenemos entonces que prepararle esa morada al Espíritu Santo. ¿Cómo le preparamos la morada? Haciendo la voluntad de Dios. Fíjense bien que todo es la llamada, la voluntad de Dios, la llamada, la voluntad de Dios. Eso es lo que nosotros tenemos, ésa es nuestra vida de cristianos.

Y viene la cuarta lectura, el evangelio. Jesús casi había acabado de recibir el bautismo de Juan, ese bautismo de conversión de Juan, y Jesús ya se da cuenta, empieza su obra, a anunciar la Buena Noticia, y entonces empieza a encontrarse con algunos. No en balde el Evangelio sitúa a éstos, que son después los que serán los apóstoles, porque parece que el Señor tuvo una predilección especial en llamar a este, al otro, al otro, al otro, que eran hombres de aquella época, casados unos, solteros otros, trabajadores, lo que sea… pero el Señor les llama y dice, yo quiero que tú hagas mi obra. Yo quiero que tú hagas mi obra.

El Señor los llamó para hacer su obra, pero el Señor nos llama a todos donde quiera que estemos, para que en nuestro hogar, en el trabajo, allí en el estudio, en la comunidad, hagamos la obra de Dios. Pero para hacer esa obra de Dios tenemos que buscar al hacer su voluntad y dejarnos llevar por Dios y el Señor, tenemos que descubrir la llamada de Dios.

Termina diciendo ese mandato, mejor dicho, esa casi consagración a Pedro, Simón dijo ahora te vas a llamar Cefas, que significa piedra. Más adelante, después dice tú eres Pedro y sobre esta piedra, voy a edificar mi iglesia, es decir sobre ti pecador, que me negaste, esto lo otro, Yo voy a edificar la iglesia. Hermanos cojamos a Pedro como ejemplo y a estos discípulos, a Samuel, a Elí vamos a cogerlos como como ejemplo. Y vamos a descubrir, es un ejercicio que lo podemos hacer esta semana y en estos días que vienen, vamos a hacer el ejercicio cómo es que el Señor me ha llamado, de tal manera que yo lo estoy siguiendo por eso estoy aquí participando en la Santa Misa virtual, vamos a decir así.

Vamos a hacer esta reflexión, ¿fueron mis padres, fue la Palabra de Dios, fue al encuentro con la comunidad, fue por un libro que me prestaron, fue por alguien que me iluminó la mente, cuando leí un libro? Señores esas son las llamadas de Dios. Pero para poder escuchar a Dios, lo primero es la libertad de decir Señor, aquí estoy, a lo mejor todavía no soy capaz, ni de decir Señor, aquí estoy; sino de decir, aquí estoy porque quiero encontrar el sentido a mi vida. Qué triste es un hombre, una mujer que no quieran encontrarle sentido a la vida, qué triste, porque entonces vivir por vivir.

Qué triste la vida que sea así solamente vivir por vivir. Entonces lo primero es esa disposición interior, quiero encontrar sentido en mi vida. Después dejarnos interpelar por la Palabra de Dios, y cuando sepamos que Dios está empezando a moverse alrededor nuestro, que nos está indicando, abrir el corazón hermanos, no tengamos miedo. Tengamos miedo a dejar pasar ese momento, pero no a escuchar el momento en que Dios me llama.

Eso es lo que se nos pide, vamos a hacer eso. Ante la Palabra de Dios que hemos escuchado, ante Cristo que está aquí que se hace presente, ante la comunidad que está reunida, ante la familia que estamos escuchando aquí, vamos a preguntarnos, Señor, ¿Cómo me llamaste? ¿Cómo te seguí? ¿Cuáles fueron mis vacilaciones? ¿Cuáles fueron mis decisiones? ¿Qué camino emprendí? ¿Cómo la vida me ha ayudado a fomentar y aumentar ese encuentro contigo? ¿Cómo la vida hay veces ha entorpecido a que yo me encuentre contigo? Por eso tenemos que hacerlo.

Qué bueno es sentir cuando uno se acuesta por la noche, o cuando se levanta por la mañana, o en los momentos difíciles, uno decir Señor, Tú me has llamado y aquí estoy por algo será. Tú lo sabes todo, yo quiero seguirte.

No dejemos pasar el tiempo, ni que los agobios de la vida, los intereses de la vida, y también los oropeles de la vida, me entorpezcan el encuentro con Dios. Porque Él es el sentido de mi vida y de toda vida. Que Dios nos ayude hermanos a vivir así, los ayude. Vamos a empezar este año así buscando a Dios, mejor dicho, rebuscando al Señor cada día, haciendo más esfuerzo para permanecer siempre unido a Él.

Que el Señor nos acompaña en esto, y que el Espíritu Santo, que quiere habitar en nosotros porque somos templos del Espíritu Santo, sepamos nosotros también seguir sus insinuaciones y los llamados que nos hace. Amén.

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Eucaristía 14 enero de 2024 II, Domingo del Tiempo Ordinario

Eucaristía 14 enero de 2024 II, Domingo del Tiempo Ordinario

Eucaristía 14 enero de 2024
II Domingo del Tiempo Ordinario
Desde la Basílica Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre

“Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad” Salmo 39

Transmisión de la Eucaristía por el canal de YouTube de la Parroquia del Cobre, desde la Basílica Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, presidida por Mons. Dionisio G. García Ibáñez, arzobispo de Santiago de Cuba, P. Rogelio Deán párroco del Cobre y el P. Juan Ignacio.

Agradecemos a todos los que hacen posible esta transmisión, a los que ponen su trabajo y talento al servicio de la comunidad.

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Catequesis. Los vicios y las virtudes: La garganta

Catequesis. Los vicios y las virtudes: La garganta

Catequesis. Los vicios y las virtudes.
3. La garganta
PAPA FRANCISCO AUDIENCIA GENERAL
Salón Pablo VI, miércoles, 10 de enero de 2024

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

En nuestro camino de catequesis que estamos haciendo sobre los vicios y las virtudes, hoy nos centramos en el vicio de la gula.

¿Qué nos dice el Evangelio sobre esto? Miremos a Jesús: su primer milagro, en las bodas de Caná, revela su simpatía por las alegrías humanas: cuida que la fiesta termine bien y regala a los recién casados ​​una gran cantidad de muy buen vino. A lo largo de su ministerio, Jesús aparece como un profeta muy diferente del Bautista: si Juan es recordado por su ascetismo -comía lo que encontraba en el desierto-, Jesús es, en cambio, el Mesías que vemos a menudo en la mesa. Su comportamiento causa escándalo en algunos, porque no sólo es benévolo con los pecadores, sino que incluso come con ellos; y este gesto demostró su deseo de comunión y cercanía con todos.

Pero también hay algo más. Si bien la actitud de Jesús hacia los preceptos judíos nos revela su total sumisión a la Ley, se muestra comprensivo con sus discípulos: cuando se ven sorprendidos en un error, porque tienen hambre y recogen espigas en sábado, Los justifica recordando que el rey David y sus compañeros, al verse necesitados, también habían comido el pan sagrado (cf. Marcos 2, 23-26). Y Jesús establece un nuevo principio: los invitados a la boda no pueden ayunar cuando el novio está con ellos; ayunarán cuando les quiten al novio. Ahora todo es relativo a Jesús, cuando Él está entre nosotros no podemos estar de luto; pero en la hora de su pasión, entonces sí, ayunemos (ver Mc 2,18-20). Jesús quiere que seamos alegres en su compañía -Él es el Esposo de la Iglesia-; pero también quiere que participemos de sus sufrimientos, que son también los sufrimientos de los pequeños y de los pobres. (more…)

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Irradia, emisión del 7 de enero de 2024

Irradia, emisión del 7 de enero de 2024

Irradia, emisión del 7 de enero de 2024
Transmitido por CMKC, Emisora
​​Provincial de Santiago de Cuba
Programa Radial de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba
Epifanía del Señor

“Entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre, y postrándose, lo adoraron. Después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra.” Mateo 2, 11

(Música, Epifanía, Javier Brú)

Para llegar a ti como una bendición, para abrir tus alas al amor de Dios.
Irradia. Un proyecto de la Oficina de Comunicación de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba.
Saludos a todos los que nos acompañan en este día en que venimos a compartir la fe con nuestra comunidad.
Bienvenidos a este encuentro fraternal con la iglesia toda, como el cuerpo místico de Jesús.
Irradia está contigo, irradiando la fe.

(Música, Epifanía, Javier Brú)

En esta mañana nos acompaña el P. Rafael Ángel López Silvero, párroco de la Santa Basílica Metropolitana Iglesia Catedral de Santiago de Cuba.

“Mira que ya viene el Señor todopoderoso, en su mano está el reino, la potestad y el imperio. Señor Dios, que en este día manifestaste a tu Unigénito a las naciones guiándolas por la estrella, concede a los que ya te conocemos por la fe, que lleguemos a contemplar la hermosura de tu excelsa gloria. Por Jesucristo nuestro Señor”. Amén.

Buenos días, buenas tardes, buenas noches, en cualquier lugar que se encuentren. Felicidades. Primero que todo, feliz año nuevo, nos despedimos el domingo 31, el domingo pasado, así que este es el primer domingo de este año 2024. Les deseo muchas felicidades, que la gracia de Dios nunca les falte para que puedan ir a lo largo de estos 366 días, porque este año es bisiesto, así que tenemos un día más. Pues que estos 366 días vayan siempre de la mano del Señor y al cuidado de la Virgen Nuestra Madre.

Hoy celebramos la Epifanía del Señor, más conocida por la fiesta de los Reyes Magos. Todos los hombres estamos llamados a formar un solo cuerpo con Cristo y a vivir juntos, cerca de Dios. En esto consiste según San Pablo en la segunda lectura, el misterio oculto desde siempre, solo algunos profetas como Isaías y lo pone de manifiesto la primera lectura, alcanzaron a presentarlo. Luego pasaron los siglos y he aquí que el nacimiento de Cristo transforma la esperanza en realidad. Con la llegada de los Magos a Belén, el misterio comienza a rebelarse, los pueblos paganos se ponen en camino hacia Cristo.

El Evangelio de este domingo está tomado del evangelista San Mateo, capítulo 2, versículos del 1 al 12. (more…)

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