Irradia, emisión del 25 de junio de 2023

Irradia, emisión del 25 de junio de 2023
Transmitido por CMKC, Emisora Provincial de Santiago de Cuba
Programa Radial de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba
Domingo XII del Tiempo Ordinario

“No tengan miedo. Porque todo lo que esté escondido se descubrirá, y todo lo que se mantenga en secreto llegará a conocerse. Si les digo algo en la oscuridad, díganlo ustedes a plena luz del día. Si les cuento un secreto, cuéntenselo a todo el mundo Mateo 10, 26-27

(Música, No hay que temer, Javier Brú)

Para llegar a ti como una bendición, para abrir tus alas al amor de Dios.
Irradia. Un proyecto de la Oficina de Comunicación de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba.
Saludos a todos los que nos acompañan en este día en que venimos a compartir la fe con nuestra comunidad.
Bienvenidos a este encuentro fraternal con la iglesia toda, como cuerpo místico de Jesús.
Irradia está contigo, irradiando la fe.

(Música, No hay que temer, Javier Brú)

En esta mañana nos acompaña el P. Rafael Ángel López Silvero, párroco de la Santa Basílica Metropolitana Iglesia Catedral de Santiago de Cuba.

El Señor es la fuerza de su pueblo, defensa y salvación para su ungido, sálvanos Señor, vela sobre nosotros y guíanos siempre. Señor, concédenos vivir siempre en el amor y respeto a tu santo nombre, ya que jamás dejas de proteger a quienes estableces en el sólido fundamento de tu amor. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Buenos días, buenas tardes, buenas noches como siempre un gusto, una alegría poder compartir con ustedes este pedacito de la mañana del domingo, y sobre todo compartir la palabra de Dios.

Cuando nuestro Señor envía a los apóstoles a predicar el evangelio, dice que no teman, pues Él será su apoyo ante el Padre. Del mismo modo había prometido Dios que salvó la vida de su pueblo de las manos de los malvados, ser el amparo de Jeremías contra sus enemigos. Así nos lo narra la primera lectura.

La fe de la iglesia en lo referente al pecado original, está esencialmente fundada sobre el texto de la segunda lectura. En ella san Pablo subraya nuestra solidaridad en la condenación a fin de exaltar nuestra solidaridad en la Gracia que se nos ha dado en Jesucristo.

La liturgia de este décimo segundo domingo del Tiempo Ordinario, nos propone como lectura evangélica, un fragmento del evangelio de san Mateo, en el capítulo 10, versículos 26 al 33.

(Lectura del evangelio de San Mateo, capítulo 10, 26 al 33)

Comienza diciéndole Jesús a sus apóstoles. No teman. No teman a los hombres. ¿Por qué? Porque no hay nada oculto que no llegue a descubrirse. Ni nada secreto que no llegue a saberse. No teman. Porque la verdad siempre triunfa. Jesús es la verdad. Lo que les digo de noche, continúa diciéndole a sus Apóstoles, repítanlo en pleno día, y que lo que les digo al oído pregónenlo desde las azoteas. No tengan miedo. Y, sobre todo, no tengan miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman más bien a quien puede arrojar al lugar de castigo. El, alma y el cuerpo. No teman.

Y, el Señor lo repetirá constantemente. En su primera aparición después de resucitar. Lo primero que les dice a sus apóstoles encerrados. Con las puertas atrancadas, con las ventanas cerradas por temor a los judíos es precisamente eso. No teman. ¿Y no teman por qué? Porque Soy Yo. No soy un fantasma. No soy un espíritu que anda vagando por ahí. No soy una ilusión, Soy Yo. Cuando Moisés le pregunta en el monte al Señor cuando lo envía al faraón, y cuando el faraón me pregunte quién me envía, ¿qué le digo? Dile Yo Soy te envía. Porque Dios es el que es. Todos los demás venimos de Dios, de las obras de sus manos. Solo Él es el que es, y Jesús es hombre, pero también es Dios. Por eso les dice Soy Yo, no teman. Recuperen la paz. Y les sopla el Espíritu Santo. Que les dará la luz, que les dará la fuerza, que les dará el conocimiento que pondrá en sus corazones el deseo del bien. Y la fuerza para poder cumplirlo, que les enseñará lo que no saben. Por eso también les dirá, cuando los lleven a los tribunales a causa mía, no preparen lo que van a decir. Porque el Espíritu pondrá en sus labios las palabras oportunas.

Y queremos prueba de eso. Veamos los Hechos de los Apóstoles. Cuando Pablo es llevado a los tribunales, y cómo Pablo allí, en medio de aquellos que lo persiguen, que quieren quitarlo de en medio para que no pueda seguir predicando, anuncia a Cristo muerto y resucitado, da testimonio de él en medio de los que no lo quieren oír, tendrán que oírlo. Porque él sabe en quién se ha confiado. Por eso nos dirá también todo lo puedo en aquel que me fortalece. Y cuando siente, como todos sentimos, por supuesto, ante las dificultades de la vida, el temor, y le pide al Señor, Señor, quítame esta espina que tengo en la carne y que me hace sufrir, no sabemos lo que era, pero tiene que haber sido muy fuerte para que Pablo lo pidiera. El Señor le responderá mi Gracia te basta. Y ya no habrá más que pedir. Todo lo puedo en aquel que me fortalece.

Y cuántas dificultades enfrentará a Pablo desde su conversión en el camino de Damasco, hasta que derrama su sangre y entrega su vida por Aquel a quien decidió seguir hasta las últimas consecuencias. Y sin embargo, él que era fariseo, hijo de fariseo un hombre que tenía un prestigio en medio del pueblo de Israel, en medio de los que tenían el poder religioso y que tuvo que renunciar a eso para seguir a Cristo dirá sin titubear, y todo lo considero basura en comparación con lo que he encontrado, con quien me he encontrado.

No teman, la liturgia de hoy nos da ese mensaje a nosotros. En medio de nuestras dificultades no teman. En medio de nuestros sufrimientos no teman. En medio de las pruebas no teman, por qué, porque Soy Yo. Porque estoy con ustedes, porque el cielo y la tierra pasarán pero ni una sola palabra dejará de cumplirse, y el Señor nos ha dicho que estará con nosotros hasta el final de los tiempos y que las puertas del infierno no prevalecerán, que la verdad triunfará.

Entonces, hermanos míos, escuchemos con atención la palabra del Señor. El Señor que no nos abandona, el Señor que siempre nos acompaña, el Señor que ascendió para quedarse. El Señor que derramó su sangre y dio su vida para salvarnos para redimirnos, para rescatarnos, para hacernos hijos en el único Hijo. El Señor que quiso quedarse con nosotros como comida y bebida de salvación, transformando el pan y el vino en su cuerpo y en su sangre, toman y coman esta es mi carne tomen y beban esta es mi sangre y hagan esto en conmemoración mía, porque el que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna porque mi carne es verdadera comida porque mi sangre es verdadera bebida.

El Señor que a pesar de la dureza de nuestro corazón ha querido y quiere quedarse, está nuestro lado camina a nuestro lado está en todos los sagrarios de nuestras iglesias esperando por nosotros, que está en las manos de los sacerdotes cada vez que repiten las palabras de la consagración para dársenos en comida y en bebida para el camino, para que no nos detengamos, para que no perdamos la fuerza, para que podamos levantarnos cuando caemos, para que podamos alentarnos cuando parece que nos faltan las fuerzas para dar testimonio, para llevar su esperanza a nuestros hermanos que no lo conocen, que se angustian y se desesperan ante las dificultades de la vida porque piensan que están solos y nosotros sabemos que no. Tenemos que llevar ese mensaje y tenemos que compartir ese mensaje, pero para eso tenemos que creerlo profundamente tenemos que vivirlo profundamente. Tenemos que saber que todo lo podemos en Aquel que nos fortalece, que nos reconforta.

Entonces hermanos, démosle gracias al Señor, al Señor que siempre está con nosotros, al Señor que camina a nuestro lado, al Señor que nos da la mano que cuando es necesario nos carga sobre sus hombros. Como esa parábola, por llamarla de alguna manera, de las huellas con las que quiero terminar. Aquel que iba caminando por la playa y veía dos pares de huellas, pero de momento se desaparecían y quedaba un solo par de huellas. Y le dice Señor, ¿por qué caminas a mi lado? Y sin embargo, cuando llegan los momentos difíciles de dolor, de tristeza, de angustia, entonces me dejas solo porque ve un solo par de huellas; y el Señor le responde no, no te dejo solo, no son tus huellas son mis huellas porque yo te llevo en mis brazos.

Que así el Señor nos lo conceda

(Música, Los ojos de todos esperan en Ti Señor, Dumas y Mary)                                

Ahora hermanos, renovemos nuestra profesión de fe, pidiéndole al Señor que con humildad vivamos la fe que hemos recibido como un regalo, como un don, pero sobre todo que con la gracia que viene de lo alto podamos vivir conforme a esa fe. Por eso les pregunto

¿Creen en Dios Padre todopoderoso Creador del cielo y de la tierra? Sí, creo.

¿Creen en Jesucristo su único hijo, nuestro Señor, que nació de Santa María Virgen, padeció murió resucitó y está sentado a la derecha del Padre? Sí creo.

¿Creen en el Espíritu Santo, en la Santa Iglesia Católica, en la comunión de los santos, en el perdón de los pecados, en la resurrección de los muertos, y en la vida eterna? Sí creo.

Esta es nuestra fe, esta es la fe de la iglesia que nos gloriamos de profesar en Cristo Jesús, nuestro Señor. Amén.

Y ahora confiados en que el Señor no solo nos escucha que siempre nos escucha, sino que también nos responde, que siempre nos responde, presentémosle nuestra súplica.

En primer lugar, por la iglesia, para que fieles al mandato del Señor, fortalecido por el Espíritu Santo, sabiendo que el Señor está con nosotros, demos testimonio de Él y de su palabra en medio de nuestros hermanos, les llevemos la esperanza que la ha puesto en nuestro corazón. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Pidamos también por todos los que sufren y se desesperan ante las dificultades de la vida, para que puedan encontrar en Cristo consuelo, fortaleza y esperanza, y en los cristianos manos y corazones siempre dispuestos a atender para acompañar y ayudar. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Por el aumento de las vocaciones sacerdotales y religiosas por nuestros seminaristas, que pronto comenzarán sus vacaciones, para que este tiempo sea también tiempo para ellos de Gracia, de crecimiento en la fe y en la respuesta a la llamada del Señor. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Ayer celebramos la fiesta de san Juan Bautista, pidamos por todos los que llevan su nombre pidamos, para que como él podamos trabajar y luchar cada día para que Él crezca y nosotros disminuyamos. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Por todos los difuntos, de manera particular aquellos que no tienen quien los encomienden en sus oraciones, para que perdona sus faltas el Señor los acoja en su descanso. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Y los unos por los otros, para que no tengamos temor confiados en que el Señor siempre está con nosotros, que el que nos envía no nos abandona. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Escucha Padre Santo estas súplicas y aquellas que han quedado en nuestros corazones pero que tú conoces te las presentamos por Jesucristo tu Hijo nuestro Señor. Amén.

Ahora hermanos oremos con la oración que el mismo Señor Jesús nos enseñó.

Padrenuestro que estás en el cielo
santificado sea tu nombre.
Venga a nosotros tu reino.
Hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día.
Perdona nuestras ofensas,
Como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden.
No nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén

No quiero terminar sin felicitar a la directora de este programa, María Caridad, López Campistrous, más conocida por Chuchú cariñosamente, a ella su esposo por la nueva nieta, el nuevo miembro que tienen en la familia, que siempre es una bendición. A ella, a su hija, a su yerno, a su nieto mayor, y a toda la familia, sé que es un momento de alegría y de gozo profundo al que también nosotros nos unimos.

También le deseo a todo que tenga un feliz domingo, como siempre les digo, ustedes dirán que repito lo mismo, pero disfrútenlo en familia, aprovéchenlo, pero aprovéchenlo con la familia, es quizás el único momento que tenemos para poder compartir alegrías, tristezas, esperanzas, lo que nos ha sucedido, lo que hubiéramos querido que sucediera. Entonces compártanlo en familia y no se olviden de los amigos, sobre todo de aquellos amigos que están por cualquier razón lejos de sus familias, o por las familias que tienen lejos a sus hijos, acompáñenlos, acójanlos, tienen necesidad de ese ese calor, de ese calor insustituible de la familia.

Y que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre todos ustedes y los acompañe siempre. Amén.

Ha compartido con ustedes el padre Rafael Ángel de la Catedral de Santiago de Cuba. Hasta la próxima.

Con mucho gusto hemos realizado este programa para ustedes desde la Oficina de Medios de Comunicación, de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba. —
Guión, grabación, edición y montaje, Erick Guevara Correa.
Dirección general, María Caridad López Campistrous.
Fuimos sus locutores y actores, Maikel Eduardo y Adelaida Pérez Hung
Somos la voz de la Iglesia católica santiaguera que se levanta para estar contigo
Irradia…

(Música, No temas, Celinés y Efrén Rivera)

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