Catequista por la Gracia de Dios

Catequista por la Gracia de Dios

El pasado 10 de septiembre, en eucaristía celebrada en la SBMI Catedral y presidida por Mons. Dionisio García Ibáñez, quedaron instituidos como ministros catequistas (los primeros en Cuba), Keilayania Bresler Gell, comunidad de la SBMI Catedral; Katerine Savón Méndez, comunidad San Luis Obispo, El Caney; Rafael de Jesús Castellanos Díaz comunidad Nuestra Señora de la Anunciación; Ana Virgen Espinosa Rosales comunidad de San Joaquín, San Luis; Giorvi Poll Solis, de la comunidad de la Basílica de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre y Giovanna Tames Miraglia, de la comunidad de la Sagrada Familia de Vista Alegre. 

Iglesia en Marcha conversó con los recién instituidos Ministros catequistas… para conocer de cerca sus experiencias y sueños al ser los primeros laicos que reciben este ministerio para el servicio de la Iglesia en nuestra Arquidiócesis y en Cuba. 

Todo camino, toda vocación comienza con la llamada de Dios y la respuesta del hombre, que desde su libertad responde…

“He aquí la esclava del Señor”

¿Cómo nació su Sí a esta llamada?

Giovanna Tames: Desde que Mons. Dionisio pidió a la comisión diocesana comenzar a preparar y organizar la formación para ministros catequistas, acepté la invitación, pero confieso que lo hacía pensando en otros, me involucré tanto en la responsabilidad que realmente no me sentía convidada. Poco a poco, especialmente a partir de las lecturas que hicimos de documentos eclesiales sobre los ministerios laicales y expresamente sobre el de catequesis, comenzó a resonar en mí el llamado, “esto también es contigo”.

Sentía que me apelaba como cristiana, como laico, como catequista, y mi respuesta fue SÍ, abandonada a la acción del Espíritu a quien confié mis esfuerzos en la responsabilidad desde la Comisión y especialmente en lo personal. Cada vez fue siendo más clara la invitación y se fortaleció en todo el proceso formativo. Siguieron siendo las palabras de la Iglesia en los textos a estudiar y meditar, que interpelaban mi disposición para esta ministerialidad y a las ganas de seguir contribuyendo a la enseñanza de nuestra fe en la diócesis.

Un momento muy significativo fue cuando el Papa Francisco emitió el motu proprio Antiquum Ministerium pues lo viví como una confirmación pastoral y personal al camino ya comenzado. Leer y rezar esta carta apostólica ha enriquecido el sentido de ser llamada y enviada desde la iglesia, como iglesia, siempre consciente y agradecida de formar parte de una iglesia local donde la catequesis ha sido y es una prioridad pastoral.

Giorvi Poll: Para mí nace en medio de un momento fuerte de formación para el Diaconado Permanente, lo que me llevó a tener que discernir sobre ello. Felizmente hubo elementos de la preparación para el ministerio que un poco coincidían con materias ya estudiadas como parte de la formación diaconal. Eso fue importante para poder decidir avanzar en el proceso. A ello sumemos el reto de estar mejor preparado para desarrollar el servicio que en los últimos cinco años desempeño en la comunidad, el ser coordinador de la catequesis infantil.

Keylayania Bresler: Nació del deseo de seguir a Cristo, de ser cada día mejor persona y dar al máximo para enseñar a los niños la Palabra de Dios, de demostrarles que Dios es amor, misericordia, caridad, entrega, servicio, que debemos confiar en Él con el corazón y aumentar la fe en el Señor.

Ana Virgen Espinosa: Dócil, como María, nace mi “sí” al Ministerio de catequesis. Fue en un encuentro diocesano de coordinadores de catequesis donde nos convocaron como una propuesta de Monseñor por su inquietud de mejorar la formación de los catequistas en la diócesis. Al percatarme de que cumplía los requisitos para aspirar al mismo di la disposición al instante, fue un soplo del Espíritu Santo que inundó mis sentidos y evocó mi respuesta. El proceso formativo comenzó rápido y me sentí identificada con cada tema.

Así son las cosas de Dios, Él prepara nuestro peregrinar por este mundo, sondea los corazones y traza un plan para el cual nos está llamando constantemente en el día a día, en lo cotidiano, en lo pequeño… abordándonos de forma inesperada y aun así somos sordos a su voz.

Sentir el llamado del Señor y escucharlo en medio de tantos ruidos, aunque sea por un instante, significa una inigualable experiencia de amor que despierta cada célula de nuestro ser imposible de rechazar.

Katerine Savón: Para mí nació en la certeza de que es Dios quien me llama, y no sé exactamente por qué me elige a mí que me siento tan abrumada por las crisis que vive la sociedad cubana y el mundo. Estoy siendo fiel a la opción por el anuncio del Evangelio hecho en largas horas de encuentro con Jesús en las que fui colocando los cimientos de mi vida. Tengo la certeza de que la Santísima Trinidad, quien siempre me libera y empuja a más amor servicio, me dará la gracia para seguirle siendo fiel en este ministerio, ahora de forma instituida.

Rafael de Jesús Castellanos: Cuando me preguntaron si deseaba recibir el Ministerio de Catequesis no lo pensé dos veces para decir “sí” ya que ese hecho no es un regalo sino un “gran compromiso” con Dios, la Iglesia universal y cubana, la comisión diocesana de catequesis, la parroquia, la comunidad y con los niños que como a mí me gusta decir “son los protagonistas de la catequesis”

“¡Hágase en mí según Tu Palabra!”

Toda llamada de Dios y su respuesta, necesariamente tiene repercusiones en la vida de cada uno. ¿Qué ha significado en su vida personal, como cristiano y catequista este el tiempo de formación y preparación?

Giovanna: Mis hermanos, tanto los que han contribuido como profesores y especialmente los otros candidatos y la Hna. Soledad RMI, han sido pilares fundamentales durante todo este tiempo de formación. Cada uno ha dado lo mejor de sí en cada momento con transparencia, con mucho esfuerzo y con un sentido de fraternidad y colaboración que han sido para mí sostén e impulso a la vez.

Giorvi: Me ha mostrado la capacidad de superar dificultades. He podido corroborar y reflexionar en torno a la responsabilidad que como cristianos asumimos en nuestro bautismo. Me he sentido más unido a Cristo al comprender con mayor claridad la misión que como su discípulo catequista Él ha puesto en mis manos. Entregarme al servicio de todos los hermanos.

Keyla: Me ha formado y me ha ayudado en aceptar lo que me sucede, pues siempre tenemos que ser conscientes de que todo lo que pasa en nuestra vida, está el proyecto de Dios para nosotros, además nos ayuda a tener una actitud positiva ante los problemas que se nos presentan. Que debemos ser agradecidos con Dios y con los demás.

En el tiempo de formación nos hizo recordar las palabras de Jesús “Hay más dicha en dar que en recibir” Hch 20, 35. Nos mostró una vez más que en los templos se reciben a las personas con amor, sin exigirle nada a cambio, solamente darle una buena bienvenida, a ser capaces de respetar a todos y a tratarnos como hermanos, siempre imitando el ejemplo de nuestro Señor, cuando dijo: “El que ante ustedes sea el más grande, deberá servir a los demás” Mt 20,26.

Ana Virgen: Cuando en mayo de 2021 sale a la luz Antiquum Ministerium, la Carta Apostólica en forma de “Motu Proprio” del Papa Francisco con la que instituye el Ministerio de Catequesis, ya nosotros teníamos un camino recorrido en la formación que, créeme ha sido intenso y a la vez enriquecedora.

Mi vida personal va muy ligada al ser cristiano-catequista, imposible de separar. Todos los escenarios donde me desempeño se convierten en un proceso evangelizador, no como una lección educativa sino siendo testigo de la presencia del amor de Dios en mi vida y, precisamente este ha sido uno de los grandes aportes que he recibido durante la formación: la catequesis evangelizadora, distante de la experiencia educativa escolar que, muchas veces, sin percatarnos, invade las puertas de nuestras iglesias.

Desde el inicio supimos que era un reto todo el proceso de formación por ser los primeros en la diócesis, pero ser pioneros en el país significa un gran desafío que nos compromete a salir al encuentro de todos los que esperan conocer la belleza, la bondad y la verdad de la fe cristiana, contribuyendo así a la transformación de nuestra dañada sociedad al ir insertando los valores cristianos en el mundo social, político y económico.

Katerine: Fue un tiempo de formación largo en medio de una gran crisis ocasionada por la Covid 19 que ha trastocado la vida personal y comunitaria de todos. Lo recibido en el estudio y oración personal, los encuentros virtuales, y los pocos, pero sentidos encuentros presenciales y el esfuerzo de vencer los obstáculos se ha convertido en un acicate para permanecer fiel al llamado. Ha sido de mucha la gracia de compartir ese tiempo con otros hermanos catequistas. Mutuamente nos hemos apoyado para llorar nuestras flaquezas y celebrar las victorias. La riqueza de lo aprendido se convierte en un reto porque me siento y creo q es el sentir de todos los candidatos impelida por el deseo de transformar muchos modos de proceder que lejos de edificar, destruyen. Se nos ha confiado mucha gracia y necesitamos mucha más para interpretar los signos de los tiempos y mantener viva la llama de la fe.

Rafael de Jesús: Ha sido una experiencia maravillosa. Este tiempo de formación que ha sido de más de un año, desde el 5 de abril del 2021, fecha en que se creó un grupo de WhatsApp hasta el 10 de junio del 2022, lo dividiría en tres grandes momentos: unas fichas que nos enviaba la Hna. Soledad, fue desde abril hasta julio del 2021, la Escuela de Formación para Catequistas del Centro Marista de Pastoral, impartido por el Hno. Héctor Avalos Gil, mexicano que radica en Cienfuegos. Tuvo tres niveles: 1ro en noviembre del 2021, 2do en febrero del 2022 y 3ro entre mayo, junio del 2022; y el Diplomado “Directorio para la Catequesis y Ministerio de Catequista” impartido por la Universidad Católica de Honduras y la Fundación Ramo Pane, del 24 de enero al 10 de junio del 2022. Impartido por varios profesores.

 “Y María se puso en camino”

Para todos es también un punto de partida, en el que sin lugar a dudas hay retos, sueños, esperanzas tras recibir el Ministerio de Catequista.

 Giovanna: Espero que todo lo vivido y aprendido revierta en riqueza para la pastoral catequética diocesana y que podamos acompañar a otros candidatos al ministerio de catequesis, fortaleciendo la comunidad de catequistas de la diócesis para seguir anunciando a Jesús como Señor y Salvador y acompañando a otros a seguirle.

Giorvi: Es un reto grande ser de los primeros porque te conviertes en ejemplo para los demás que en el futuro recibirán el ministerio. Es un reto contribuir con calidad en la formación de los futuros ministros. El reto de ser mejor cristiano cada día y contribuir a la construcción del Reino. Con la esperanza de caminar en la búsqueda de la unidad de todos los cristianos.

Keyla: Por tener, tengo muchos retos, sueños y esperanzas, en primer lugar, en las personas, y en nosotros mismos, pues nos impulsó a ser compasivos y misericordiosos con las personas más cercanas y con los necesitados; tenemos el reto, el sueño y la esperanza de trabajar con los adolescentes y jóvenes, de atraerlos, se enseñarle el espíritu misionero, de ser una Iglesia abierta al diálogo, que nos impulsa a ser capaces de llevar la Palabra de Dios. Siempre teniendo presente que tenemos un Padre que nos cuida y que nos protege y que debemos atraer a las personas que viven alejados de Dios, para que tengan la oportunidad de experimentar su amor sublime.

Mi esperanza es que las personas aprendan a tener fe, de que un mundo mejor es posible, que debemos practicar la humildad, pero con alegría y esperanza, hoy quiero repetirle una vez más: “Señor cuenta conmigo”.

Ana Virgen: La esperanza es el pilar que nos sostiene, es el sueño de muchos cuando están despiertos, es poner nuestra confianza en Dios. Sueño hoy con una patria evangelizada, donde cada cubano vea en el otro su hermano sin ninguna distinción, donde se reconozca el justo valor de la familia y que esta funcione de manera armónica y estable, capaz de cumplir con su rol de Iglesia doméstica.

Nuestro servicio va mucho más allá del grupo de catequizandos, debemos “penetrar” en cada uno de sus hogares y enseñarles a ver el rostro de Dios en los acontecimientos familiares, la frase dicha por San Juan Pablo II “Cuba cuida a tus familias para que conserves sano tu corazón”, durante su visita a nuestro país en 1998, aún resuena en nuestros oídos como dictamen por cumplir.

El proceso formativo que recién concluimos me impone un nuevo reto, estrechar los vínculos con la Pastoral Familiar en busca de fortalecer la verdadera Iglesia doméstica. Que la Virgen María y José, Sagrada Familia de Nazaret, nos fortalezcan en este empeño junto a Jesús su hijo amado.

Katerine: Que la comunidad entera acompañe y apoye la misión de la catequesis y a los catequistas. Dejarse iluminar por el Espíritu Santo para ser creativos y veraces en el anuncio. Que a corto o largo plazo surjan nuevas vocaciones de catequistas.

Rafael de Jesús: Que aumente la asistencia de los niños a la catequesis, que se mantenga y después de hacer su primera comunión no se alejen, cosa que lamentablemente en la mayoría de los casos sucede. Hace poco leía que “El catequista debe tener siempre presente que su misión es sembrar, no recoger. Esto evitaría muchos desánimos”, sigue siendo uno de mis sueños que esos niños que van a la catequesis, después de que hagan su primera comunión sigan asistiendo a la Iglesia y en el futuro den frutos, sean catequistas, animadores, misioneros, etc… presten un servicio en la Iglesia. Tengo la esperanza de que, si esos niños no dan frutos, sean al menos personas de bien, teniendo presente, lo aprendido en la catequesis, como el ejemplo de Jesucristo.

Dios acompañe el camino y servicio de estos hermanos nuestros, en ellos está presente el testimonio de los cientos de catequistas (a veces muy ancianos) que supieron ser sembradores de la Palabra de Dios en el corazón de niños, de hombres y mujeres que hoy dan testimonio y se comprometen a seguir sembrando y evangelizando. Su testimonio sea semilla que haga nacer en otros la vocación, que haga aguzar el oído a la llamada de Dios. Él siempre llama, “la mies es mucha y los obreros pocos”. Él siempre espera el Sí del hombre para seguir realizando su obra de salvación y de amor en el mundo.

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