Las Religiosas de María Inmaculada y su identidad APOSTÓLICA

Santiago Apóstol. Talla en madera de Marta Morder, Misionera Claretiana argentina

Desde nuestro origen ser APÓSTOLES , ha sido una característica de nuestra identidad… El “Blanco y fin” principal de la Orden dice: “A imitación de los Apóstoles trabajar hasta morir en enseñar a toda criatura la Ley Santa del Señor”. Está dimensión apostólica, ha estado presente, a lo largo de la historia de la Congregación, no solo en la vida, sino en el nombre. Aún habiendo tenido varios, en todos ellos aparecía la dimensión apostólica de forma explicita.

El primer nombre que tuvimos, en la “Visión Inicial”, fue: “APÓSTOLES de Jesucristo a imitación de la Purísima Virgen María” (Autobiografía, M. Antonia París, n. 7)

En el Decreto de Fundación dice así: “las declaramos por Religiosas del INSTITUTO APOSTÓLICO de la Inmaculada Concepción de María Santísima Madre de Dios y Señora Nuestra

En la Primera Acta de Profesión nos seguimos llamando: INSTITUTO APOSTÓLICO de las Hijas de la Inmaculada Concepción de María Santísima

En el Expediente eclesiástico de la Fundación del Convento de Santiago de Cuba: INSTITUTO APOSTÓLICO y Enseñanza

Posteriormente, a lo largo de la historia y, por diferentes circunstancias se fue sustituyendo por el de MISIONERAS, manteniendo la dimensión apostólica del anuncio explicito del Evangelio a todos los pueblos

Hasta la renovación de la Vida Consagrada, pedida por el Vaticano II, en un momento del Rito de iniciación del Noviciado, se añadía, al nombre personal, el de un Apóstol…expresando la nueva vida apostólica que empezábamos…”Hasta ahora te has llamado… desde ahora te llamaras: María Soledad de San Juan, por ejemplo.

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