TRAS LAS HUELLAS DE CLARET EN CUBA

TRAS LAS HUELLAS DE CLARET EN CUBA

DÍA 17 DE MAYO DE 2021

LAS VIRTUDES DE UN BUEN MISIONERO… AL ESTILO DE CLARET

LA POBREZA
“Consideré que para hacer frente a este gigante formidable – el dinero – que los mundanos le llaman omnipotente, debía hacerle frente con la santa virtud de la pobreza. Nada tenía, nada quería y todo lo rehusaba. Con el vestido que llevaba y la comida que me daban tenía bastante… “(Aut. 359)“Conocí clarmente que era la voluntad de Dios que  no tuviese dinero, ni aceptara cosa alguna, sino la precisa comida para aquel momento, sin recibir jamás previsión alguna para llevar de una a otra parte” (Aut. 361)
“Este desprendimiento conocí que les causaba a todos gran impresión, y por lo mismo me esforzaba yo en sostener el punto que había tomado. Para animarme, me recordaba continuamente: “Si quieres ser perfecto, anda, vende todo lo que tienes, dalo a los pobres y sígueme”. (Aut. 362)
“Había observado que la santa virtud de la pobreza no solo servía para edificar a las gentes y derrocar el ídolo de oro, sino que además me ayudaba muchísimo para crecer en humildad y para adelantar en la perfección” (Aut. 370)

LA MANSEDUMBRE
“Conocí que la virtud que más necesita un misionero apostólico, después de la humildad y la pobreza, es la mansedumbre. Por eso Jesús decía a sus amados discípulos: “Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón y así hallaréis descanso para vuestras almas”. La humildad es como la raiz de un árbol y la mansedumbre es el fruto. Con la humildad, dice San Bernardo, se agrada a Dios y con la mansedumbre al prójimo” (Aut. 372)
“La mansedumbre es una señal de vocación al ministerio de misionero apostólico” (Aut. 374)
“He comprendido que el celo es un ardor y vehemencia de amor que necesita ser sabiamente gobernado. De otra manera violaría los términos de la modestia y discreción, no porque el amor divino, por vehemente que sea, pueda ser excesivo en sí mismo, ni en los movimientos o inclinaciones que da a los espíritus, sino porque el entendimiento no escoge los medios más a propósito o los ordena mal, tomando caminos muy ásperos y violentos, y, conmovida la cólera, no pudiéndose contener en los límites de la razón, empeña el corazón en algún desorden, de modo que el celo por este medio se ejecuta indiscreta y desarregladamente, con que viene a ser malo y reprensible” (Aut. 381)
“!Oh Dios mío! Dadme un celo discreto, prudente, a fin de que obre en todas las cosas con fortaleza, pero al propio tiempo suavemente, con mansedumbre y buen modo” (Aut. 383)

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