Irradia emisión del 25 de abril de 2021

Irradia emisión del 25 de abril de 2021

Programa Radial de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba
Transmitido por RCJ, el Sonido de la Esperanza y CMKC, emisora provincial

Cuarto Domingo de Pascua
Domingo del Buen Pastor

“Yo soy el Buen Pastor. El Buen Pastor da la vida por las ovejas”.  Juan 10, 11

 (Música, El Señor es mi Pastor, Tony Rubí)

Para llegar a ti como una bendición, para abrir tus alas al amor de Dios.

Irradia. Un proyecto de la Oficina de Comunicación de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba.

Saludos a todos los que nos acompañan en este día en que venimos a compartir la fe con nuestra comunidad.

Bienvenidos a este encuentro fraternal con la iglesia toda, como cuerpo místico de Jesús.

Irradia está contigo, irradiando la fe.

 (Música, El Señor es mi Pastor, Tony Rubí)

 En esta mañana nos acompaña el padre Rafael Ángel López Silvero, párroco de la Santa Basílica Iglesia Metropolitana Catedral de Santiago de Cuba.

Buenos días, buenas tardes, buenas noches, como siempre una alegría, un gozo, un placer poder compartir con ustedes este rato de domingo. Compartir con ustedes la Palabra de Dios, en este cuarto domingo de Pascua, Domingo del Buen Pastor. Les habla el P. Rafael Ángel, de la Catedral de Santiago de Cuba.

La primera lectura de este cuarto domingo de Pascua está tomada, como cada domingo pascual, del libro de los Hechos de los Apóstoles, y Pablo está predicando, está anunciando, está cumpliendo el mandato que le dejó el Señor de ir a anunciar la Buena Noticia. Ha hecho un milagro, pero no él, sino el Señor a través de él, ha hecho que un paralítico pudiera caminar, y los fariseos lo están interrogando para ver, para callarlo; y entonces, le dice a aquellos que lo interrogaban algo que los cristianos tenemos que tener siempre muy presente, les dice a los fariseos: “ningún otro puede salvarnos, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres, por el que nosotros debamos salvarnos”. Y ese nombre es Jesús.

Hemos sido salvados por Jesús, somos salvados en el nombre de Jesús. El Señor está con nosotros hasta el final de los tiempos. Qué hermoso, no nos ha sido dado otro nombre en el que podamos ser salvados que el nombre de Jesús.

La segunda lectura está tomada de la 1ra Carta del apóstol San Juan. Y nos dice otra cosa que también nos debe llenar de gozo y de alegría. No sólo nos llamamos hijos de Dios, sino que lo somos. No sólo nos llamamos, no sólo decimos que somos hijos de Dios, sino que realmente somos hijos de Dios en Jesús, ese nombre, ése único nombre que se nos ha dado para salvarnos hemos sido hechos hijos, herederos del Reino de los Cielos. Hijos en el único Hijo, hijos en el único que puede salvarnos.

El Evangelio de hoy está tomado del evangelista san Juan, en el capítulo 10, versículos del 11 al 18.

(Lectura del evangelio de San Juan, capítulo 10, 11-18)

El Evangelio de hoy, es el evangelio del Buen Pastor. Por eso al cuarto domingo de Pascua se le conoce como el domingo del Buen Pastor. Jesús se llama a sí mismo el Buen Pastor: Yo soy el Buen Pastor. Y nos dice por qué es el Buen Pastor. En primer lugar, porque da la vida por sus ovejas, nadie se la quita, la da porque quiere. El Pastor, el Buen Pastor está dispuesto a arriesgar su propia vida por al de aquellos que le han sido encomendados. Por eso podrá decir Jesús, “ninguno de los que me ha dado el Padre se ha perdido”, porque Él ha entregado su vida, derramado su sangre, se ha entregado, ha muerto y ha resucitado, por aquellos que le han sido confiados. Aquellos a quienes nos ha dicho, “estaré con ustedes hasta el final de los tiempos y el infierno no prevalecerá”.

El Buen Pastor, el que está dispuesto a dar la vida. El Buen Pastor porque conoce a sus ovejas, no somos números, somos personas y nos conoce por nuestro nombre y por nuestros apellidos, soy alguien para Él, no algo, que se mueve de un lado para otro, que se coloca aquí, o que se pone allá. Soy alguien a quien el Señor conoce. Pero no sólo eso, sino que también nosotros lo conocemos a Él o al menos debemos conocerlo. El Señor nos conoce, ¿conocemos nosotros al Señor?

¿Y cómo podemos conocer al Señor? En su palabra, en los evangelios, ahí es donde nos podemos encontrar con Él. Cada día acudimos a las Sagradas Escrituras, al Nuevo Testamento para encontrarnos con aquel que nos conoce, para poderlo conocer profundamente, para poder guardar en nuestro corazón todas aquellas cosas que no comprendemos, pero sabemos que tienen una razón, porque todo concurre para nuestro bien. El Buen Pastor que conoce a sus ovejas que nos conoce. Dice el papa Francisco que el Pastor y tiene que tener olor a ovejas, y la única forma de tenerlo es estar en medio de ellas, caminar con ellas, acompañarlas, preocuparse, pero sobre todo ocuparse. Fortalecerlas, para que puedan seguir adelante.

El Buen Pastor porque nos conoce y nosotros estamos llamados a conocerlo, a conocer su voz para que no nos engañen, para poder seguirlo a Él, sólo a Él, cuyo nombre se nos ha dado para ser salvados. Cuántos vendrán a decirnos yo soy, pero tenemos que saber realmente quién es, tenemos que conocer al Señor para no equivocar el camino, para no apartarnos del camino, para no escuchar cantos de sirena, que nos dicen “vamos por aquí, vamos por allá”. No, el único camino es el Señor. Él es el camino, la verdad y la vida, el que nos conoce. Pero tenemos nosotros que conocerlo a Él también.

El Pastor que no se preocupa sólo de las ovejas que tiene a su alrededor, las que están cerca, las que son de su redil, sino que sabe que hay otras que están lejos, que están lejos porque aún no lo conocen, que están lejos porque aún no se han encontrado con Él, pero que también son su responsabilidad. “Tengo otras ovejas que no son de este redil, y es necesario que las traiga también a ellas”, para que escuchen mi voz, para que me conozcan, porque ya yo las conozco; para que haya un solo rebaño y un solo Pastor. No aquello de que yo soy de Pablo, yo soy de Pedro, yo soy de Apolo, no. Somos de Cristo.

¿Quién murió en la cruz por nosotros? Cristo ¿Quién nos ha hecho hijos en Él? Cristo ¿En nombre de quién hemos sido bautizados? En el nombre del Señor. Entonces, es el único. Para que haya un solo rebaño y un solo Pastor, para que nos descubramos hermanos los unos de otros, por encima de nuestras diferencias. El que se encuentra con Cristo, encuentra también el camino del amor y de la fraternidad, porque si somos hijos de Dios, entonces somos hermanos los unos de los otros.

Domingo del Buen Pastor, en el que la Iglesia pide de manera particular pro las vocaciones. Por todas las vocaciones, porque vocación es el llamado del Señor a hacer aquello para lo que el Señor nos ha creado, cumplir el plan de Dios para con nosotros en este mundo. Ser testigos del Señor allí donde nos ha colocado como hijos, como padres, como esposos; pero de manera particular en el domingo del Buen Pastor la Iglesia quiere pedir por las vocaciones sacerdotales, religiosas y al diaconado permanente. Aquellos que han sido llamados al ministerio sacerdotal o a la vida consagrada o como diáconos permanentes, para en el nombre del Señor guiar a su rebaño.

La Iglesia quiere pedir hoy por esas vocaciones porque los sacerdotes, los religiosos, los diáconos, están llamados a vivir su vida de entrega como el Buen Pastor. Tienen que estar dispuestos a dar su vida, que no es necesariamente derramar su sangre, pero sí comprometerse, sí estar en medio de su rebaño, y conocerlo, y que ellos lo conozcan. Sí tener olor a oveja, acompañarlas en sus alegrías y en sus tristezas, enseñarlas, buscarlas cuando se han perdido y recordar que no sólo son llamados aquellos que están a nuestro alrededor, sino que los que están lejos también son llamados, lo que aún no han escuchado la voz del Señor. Y los que son llamados de manera particular a hacer presente al Señor, ministerialmente, entonces tienen que preocuparse para que escuchen la voz del Señor. para que puedan conocerlo, para que puedan seguirlo, para que puedan ir a pastos abundantes y a las aguas vivas hacia las que nos conduce siempre el Buen Pastor.

Domingo del Buen Pastor, domingo en el que Pedro nos ha dicho, que el único nombre que podemos ser salvados es en el nombre de Cristo; en el que el apóstol San Juan nos ha dicho que no sólo nos llamamos hijos de Dios, sino que somos hijos de Dios. El domingo en el que el Señor nos ha dicho “Yo soy el Buen Pastor”, pero ustedes también están llamados a ser buenos pastores de los unos para con los otros, ocuparse, preocuparse por sus hermanos, estar en medio de ellos, ser capaces de sacrificarse por ellos, ser capaces de vivir en medio de ellos, para que conozcan a Cristo el Buen Pastor, para que lo puedan seguir, para que en Él puedan encontrar la salvación que el Señor Jesús nos alcanzó al precio de su sangre derramada y de su vida entregada, entregada porque nadie se la quitó, la dio porque quiso, porque hasta el extremo nos amó. Que así el Señor nos lo conceda.

(Música, Buen Pastor, Cristóbal Fones sj)

Con la certeza de que el Señor siempre nos escucha, le presentamos nuestras súplicas.

En primer lugar, pedimos por la Iglesia en este domingo del Buen Pastor, por las vocaciones a la vida religiosa, al sacerdocio ministerial, al diaconado permanente, para que el Señor nos conceda muchos jóvenes y muchachas dispuestos a responder a su llamado de ser Buen Pastor en medio de este mundo. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Pidamos por todos los que sufren y se desesperan ante las dificultades de la vida que son muchas, para que puedan encontrar siempre en Cristo consuelo, fortaleza y esperanza, porque no se nos ha dado otro nombre en el cual podamos ser salvados que el nombre de Jesús. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Por todos los enfermos, de manera particular por los enfermos del coronavirus, para que el Señor les conceda la salud. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor. 

Por todos los difuntos, de manera particular aquellos que no tienen quienes recen por ellos, ara que perdonadas sus faltas el Señor los acoja en su descanso. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Y los unos por los otros, para que sigamos siempre a Cristo el Buen Pastor. Roguemos al Señor. Te lo pedimos Señor.

Buen Pastor, vela con solicitud pro tu rebaño, y dígnate conducir a las ovejas que redimiste con la preciosa sangre de tu Hijo, a las praderas eternas.  Por Jesucristo, nuestro Señor, Amén.

(Música, Yo creo en tu Resurrección, Hna. Glenda)

Ahora oremos hermanos, con la oración que el mismo Señor Jesús nos enseñó:

Padre nuestro que estás en los cielos,

santificado sea tu nombre.

Venga a nosotros tu reino.

Hágase tu voluntad,

así en la tierra como en el cielo.

Danos hoy el pan de cada día.

Perdónanos nuestras ofensas,

Como también nosotros perdonamos

a los que nos ofenden.

No nos dejes caer en tentación,

Y líbranos del mal. Amén

 Como siempre una alegría haber compartido este rato de oración, de encuentro con la palabra de Dios, en el domingo del Buen Pastor con todos ustedes. Les ha hablado el padre Rafael Ángel de la Catedral de Santiago de Cuba. Que les desea una feliz semana en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Con mucho gusto hemos realizado este programa para ustedes desde la Oficina de Comunicación, de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba.

Guion, grabación, edición y montaje: Erick Guevara Correa

Dirección general: María Caridad López Campistrous

Fuimos sus locutores y actores. Maikel Eduardo y Adelaida Pérez Hung

Somos la voz de la Iglesia católica santiaguera que se levanta para estar contigo… IRRADIA

 (Música, La razón de existir, Marcela Gándara)

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