Papa Francisco vino hasta mi silla de ruedas para darme la bendición

Por: Onnis Tur Pompa

Al entrar el Papa Francisco a la Catedral santiaguera para iniciar el Encuentro con las familias cubanas, su primera acción cautivó a todos. 

Se dirigió hacia una veintena de niños con discapacidades físicas motoras y mentales, algunos desde otras diócesis del país, que se habían trasladado para participar en tan significativo acontecimiento. 

Marcos Alberto Rosales Sacazas sentía el rebullicio en templo, pero su estado no le permitía divisar hacia los laterales. Cuando frente a él vio al Papa Francisco bendiciéndole, deseándole salud, fe, amor y esperanza, sus gestos hablaban por sí solo. 

Es un momento único en su vida, una vida plasmada de tratamientos y aguardo. Marcos Alberto “Marquito” tiene 11 años de edad y permanece en una silla de ruedas, debido a una pre-parálisis cerebral. 

Su familia vive para él en la ciudad de Camaguey. Walberis Rosales Sánchez (padre),  Estela Niurka Sacazas Santana (madre) y tres hijos Alicia Rosales Sacazas (12 años de edad), y Amalia tiene 11 años y es melliza de Marcos Alberto. 

En la parroquia de La Merced, en Camaguey, bien les conocen. Una familia entregada a la iglesia y a Dios. Estela Niurka es sicóloga, pero se acogió a la ley de madre cuidadora para atender a su hijo. Walberis Rosales comenzará a trabajar próximamente en la oficina de comunicación de la arquidiócesis de Camaguey. Y qué decir del niño Marquito, casi todos lo conocen, y que a pesar de sus afecciones ora al Señor día y noche para que lo sane, y poder jugar, correr, saltar y estudiar como sus hermanitas Alicia y Amalia. 

Estela no puede dejar de comentar el acontecimiento, “La visita del Papa ha sido todo un acontecimiento. Este encuentro con las familias en la Catedral santiaguera lo valoro de impresionante. Como la nuestra muchas familias hemos venido desde Camaguey, llegamos aquí a la Catedral en la noche del lunes 21 de septiembre, agotados pero jubilosos por dicho intercambio con el Sucesor de Pedro. Vale este sacrificio porque es posiblemente una vez en la vida verlo tan cerca y escuchar su prédica. Mientras el Papa transmitía su mensaje lleno de amor, yo desde mi asiento le pedía que continuara rezando por la familia cubana, una familia que debe unirse más, rescatar los valores cristianos, humanos, éticos y morales. Yo le doy mucha importancia a los valores porque no se trata de la escuela, es desde que el niño nace, trabajar en la formación de hábitos  y conductas adecuadas. También recé en ese momento y rezaré por él, porque se merece eso y muchísimo más, para que continúe viviendo y realizando las acciones lindas que anhela la humanidad”. 

Walberis, le sigue presto a compartir la experiencia breve pero profunda de este encuentro. “Ha sido maravilloso estar con el Papa Francisco, que haya bendecido a nuestro hijo enfermo pero lleno de esperanza, ver a Su Santidad, fotografiarlo, escuchar su mensaje hacia nuestras familias de paz, amor, misericordia y comprensión. Como ha dicho el Papa, mi niño Marquito debemos protegerlo, es el más pequeño de la familia pero es nuestro gran Marquito, es el que nos inspira amor, compasión, él le conmueve el corazón a las personas. Por otra parte, los santiagueros nos han acogido con mucha hospitalidad y atenciones, esta Catedral muy vistosa y linda para acoger tan importante acontecimiento”

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